Otro año enseñando en la Senda Darwin: reflexiones de una aventura en movimiento.

     
       Trabajo final de curso de Lucía Zucherino (La Plata, Argentina). Canelo.

Estoy en el aeropuerto El Tepual de Puerto Montt esperando mi vuelo a Santiago después de 10 días compartiendo, enseñando y aprendiendo en la estación biológica Senda Darwin, Ancud, Chiloé. Hace ya 4 años nació este hijo colectivo de la creatividad y sueños de un grupo de mujeres apasionadas y llenas de ideas para cambiar el mundo. Cada año, convocamos a personas de diversas procedencias, áreas profesionales, edades y nacionalidades para acompañarnos a mirar y entender nuestra naturaleza desde una perspectiva abierta, donde las ideas y miradas diferentes convergen en un objetivo común: comunicar.

Día 0: lo primero que hacen los estudiantes al llegar es conocer la Senda y su bosque, además de los experimentos y estudios científicos que allí se realizan.

Me tomó años entender que ése es el gran objetivo de nuestro trabajo colaborativo. En los inicios, mi postura se centraba en enseñar y hablar de la ilustración botánica como algo aislado, como «mi área» de expertise aislada de las demás. Ha sido un largo aprendizaje comprender cómo se trabaja inter disciplinariamente, pues no se trata de que cada profesional defienda su territorio imponiendo su visión a los demás -algo que me ha pasado en las dos direcciones-, si no de fundir las áreas para crear una nueva fuente de pensamiento común, diversa y exponencialmente creativa. Es lo que hace un tiempo atrás llamé «el tercer lenguaje o tercer producto». Es un encuentro de áreas del pensamiento que dan origen a una forma inédita donde no existen los bordes ni las jerarquías. Sí existen las prioridades, los objetivos y una ideología (postura) común.

Estudios sobre el Matico y su interacción con el abejorro chileno, Juan José Richards (Santiago, Chile).

El despertar a esta nueva forma de trabajar y relacionarse es un camino sin retorno.
Este año, después de todo lo recorrido, nuestro equipo logró esa conexión, esa fluidez que equilibra y otorga el espacio que merece cada uno de los saberes que conforman nuestra propuesta. En este contexto, donde todo es importante, los egos personales no son relevantes y las relaciones mejoran. Los estudiantes lo perciben y actúan entre ellos de la misma manera: son respetuosos, abiertos, colaboran entre sí y crean lazos que de seguro se mantendrán en el tiempo. Profesores y alumnos forman un grupo horizontal donde todos los involucrados enseñan y aprenden. Aquí se produce un punto de inflexión, donde la formalidad del curso (lo que se enseña en concreto) se transforma en un vehículo que nos lleva a una reflexión mayor: ya no estamos enseñando ilustración de plantas, ni botánica, ni cómo funciona la ciencia. Estamos entregando herramientas visuales y conceptuales para el pensamiento crítico, para la creación de contenidos insospechados y para la formación de agentes de cambio. Este año, más que los anteriores, los alumnos percibieron un cambio en sus modos de ver al otro (arista versus científico) y los límites profesionales se borraron. Pudimos conversar de naturaleza, de ciencia, de arte, de filosofía y de cómo plantear nuestro quehacer en el contexto latinoamericano. Cómo conectarnos con la comunidad latinoamericana que se encuentra influenciada por esta misma energía.

Trabajando en el invernadero

Esto me hace pensar y poner mis fichas en la nueva generación de profesionales del arte (humanidades) y la ciencia en nuestro continente. Entre nosotros circula una fuerza joven, creativa, apasionada y con la formación más que suficiente para unirse y romper los esquemas establecidos con una mirada nueva, positiva y muy generosa. Todos ellos sienten este movimiento naciente, todos saben que forman parte de él. El siguiente paso para pasar de las ideas y proyectos aislados a la acción colectiva y a mayor escala radica en nuestra capacidad para articularnos, unirnos, construir espacios de comunicación sólidos y ampararnos unos a otros de todas las maneras posibles.
Sé que todo esto es ambicioso y tomará tiempo, pero en los últimos 10 años hemos visto los cambios. Día a día aparecen nuevos proyectos, nuevas iniciativas y nuevas personas. La masa crítica está. El momento es el oportuno.
Es hora de la acción para generar cambios.

Link al Album de fotos Senda Darwin 2018

El Diario de Campo según Chiloé.

Placa de Petri de una de las alumnas del Curso de 
Ilustración Botánica de Campo, 2017.


El domingo pasado en la noche volví de Chiloé después de pasar 10 días enseñando ilustración botánica, compartiendo y conversando con un increíble grupo de 17 alumnos (nótese: 16 mujeres y un hombre, ¿dónde están los muchachos?) y mis queridos compañeros de grupo: la bióloga Belén Gallardo, la agrónoma experta en flora nativa Javiera Díaz y el ecólogo Juan Luis Celis. Este año algunos de nuestros integrantes no pudieron estar presentes pero contribuyen constantemente a la creación, evolución y organización de este gran curso (Fernanda Oyarzún, Silvia Lazzarino y Nélida Pohl).
Este año, quisimos reforzar el concepto de Diario de Campo como tema central de nuestro curso, entendiéndolo como una herramienta que permite relacionarse con el entorno de una manera íntima y profunda, desde diversos ángulos.
Nuestra ronda de presentaciones el primer día. Los alumnos vienen de distintos campos del conocimiento y de 6 países diferentes, lo que enriquece muchísimo la experiencia colectiva. 

Entregamos a los estudiantes un conjunto de materiales necesarios para la realización del curso, entre los que se encuentran sus lápices, pinceles, acuarelas, un cuadernillo de contenidos botánicos desarrollado especialmente para el curso y una libreta. Esta última se transformó en el Diario de Campo, que los alumnos llevaron a terreno, a todas sus clases y a los conversatorios nocturnos.
El kit de materiales de nuestro curso.


El Diario de Campo, es un cuaderno que se utiliza por el naturalista como una bitácora donde escribe, toma notas y dibuja sus observaciones en torno a un tema específico. Por ejemplo, el estudio de un lugar (ecosistema), un proceso natural (clima, relaciones entre especies, crecimiento de una especie, etc.), varias especies o una en particular. Los temas a explorar son infinitos. El diario reúne toda la información y las experiencias personales vividas durante la investigación. Es decir, no es un texto académico ni tampoco un diario de vida, si no algo entre esos dos polos. 
Todas las actividades que realizamos estuvieron concebidas para ser abordadas en y desde el Diario de Campo. De esa forma, dejamos de pensar en el curso como un medio para llevar a cabo una lámina botánica completa. El principal objetivo de los 10 días de aprendizaje es conocer y comprender el ecosistema y las especies del bosque templado chilote y aprender las técnicas de observación propias de la Ilustración Botánica contemporánea, que se encuentran en un cruce de caminos entre la disciplina científica de la Botánica y las Artes Visuales, particularmente el dibujo y la pintura.
Actividades de dibujo y reconocimiento de especies en la pradera y el bosque. 

Al paso de los días, fuimos incorporando en los alumnos el placer de registrar usando nuevas herramientas de dibujo, color, fotografía y recolección de especímenes de manera racional, además de conocimientos de botánica que les ayudaron a reconocer las especies y sus estructuras. De esta forma, el bosque dejó de ser un conjunto abstracto y los estudiantes pudieron visualizar sus interacciones, su estructura, diversidad y el gran dinamismo que lo caracteriza. 
Aprender a ver desde muchos puntos de vista y en profundidad es clave en el proceso de aprendizaje y más tarde en el trabajo de un ilustrador o un científico. 

Primeras observaciones de flores incorporando el color en acuarela.

En este proceso, nos liberamos lentamente de la presión que significa crear una lámina botánica «terminada» y pudimos centrarnos en el acto de la observación profunda, que es un proceso clave para la realización de un buen trabajo final. Los alumnos terminaron con una colección muy profusa de notas, dibujos, pequeñas colecciones de especímenes, fotografías y apuntes sobre botánica e ilustración que constituyen una amplia «maleta de herramientas» para poder enfrentar un desafío de ilustración botánica en el futuro.

Estudiando en el bosque y en el invernadero donde pudimos conocer el crecimiento y las semillas 
de las especies del bosque.


Apuntes botánicos en terreno.


Conociendo las estructuras ocultas de las plantas en los talleres prácticos de botánica.

Diario de Campo que contiene estudios de dibujo y color de la flor del canelo.


 Proceso de trabajo en sus especies, donde el Diario de Campo fue una herramienta muy útil para obtener y ordenar la observación de cada planta.

Muestra final de los trabajos de los alumnos, donde tuvieron que explicar su proceso, las características de su especie y cómo quisieron abordarla.

El trabajo pedagógico está en constante evolución, pues con la práctica se van incorporando nuevas formas de abordar la enseñanza. En esta tercera versión del curso, nos dimos cuenta de la importancia de darle más protagonismo al lugar como fuente de aprendizaje y experiencias significativas. También pudimos comprobar una vez más que el trabajo interdisciplinario, donde intervienen profesores de distintas disciplinas en una misma clase o actividad, enriquece enormemente la experiencia de los estudiantes, quienes logran obtener un panorama más integral y detallado de un tema en particular. 
En mi caso, quiero seguir investigando y desarrollando esta forma de enseñar, donde la colaboración es la guía principal.

Créditos de las fotos: Cheo Yin Tam y Geraldine MacKinnon.

Bosque templado chilote

Hola a todos!

Hoy les comparto el álbum de fotos del bosque templado chilote que tomé en noviembre del año pasado durante el curso de ilustración botánica de campo organizado por el Instituto de Ecología y Biodiversidad.
Son detalles de lo que vimos en los hermosos bosques de la Estación Biológica de la Fundación Senda de Darwin, donde tuvimos la fortuna de trabajar.

Soy muy floja para ponerles nombres a las plantas, así que siéntanse libres de hacerlo si lo desean.

Dos de las fotografías de este set se encuentran en la exposición «Album de Chile: Retrato de una nación», en el Centro Cultural Palacio La Moneda. Fue curada por el teórico e investigador Gonzalo Leiva y estará abierta al público hasta finales de abril.

Saludos y disfruten!

Bosque templado chilote