Nuevos aires para una vida nueva

«Naranja otoñal» 2011

Desde el mes de enero que no me sentaba a escribir o a postear imágenes aquí. Ya casi se nos acaba el verano y viene el otoño, una de mis estaciones favoritas (siendo la primavera la nº1).
Este año para mí está siendo muy distinto y novedoso, pues hace sólo cinco meses que fui mamá por primera vez y como suele pasar, estoy inmersa en el nuevo mundo que me muestra mi pequeña hija todos los días. En ella y su crecimiento puedo ver la grandeza de los seres vivos; no puedo dejar de asombrarme de sus evoluciones diarias…es que las guaguas traen una especie de «disco evolutivo», e inevitablemente cada día, cada semana, se van agregando habilidades y emociones a estos mini humanos en crecimiento.

Para hacerle honor a esta etapa y no remar contra la corriente biológica que me lleva, he decidido pausar las cosas y dedicarme a estudiar, pensar y crear lo propio. Esto es, dedicarme a mi trabajo artístico y a mi desarrollo como artista con todo lo que ello implica, que es principalmente dejar de aceptar encargos de otras personas durante un período indefinido de tiempo.

Alstroemerias en Farellones, enero de 2014.
Muchas personas me han escrito para preguntarme si haré clases este año: sí.
En primer lugar tenemos la tercera versión del Curso de Ilustración Botánica RBGE en el Instituto de Geografía UC . Se trata del primer curso universitario de esta disciplina en Chile, avalado además por el Royal Botanic Garden Edinburgh, Escocia. Las primeras dos versiones fueron muy exitosas y no me cabe duda de que la tercera también será excelente.
Por otro lado, aun estoy pensando en opciones para aquellas personas que necesitan otro tipo de talleres. Es muy probable que durante el mes de abril ya tenga más claro el panorama de clases, así que muy atentas y atentos a la información -podrán verla aquí mismo, en facebook «Mi Naturlaismo» y en Instragram @Mi_Naturalismo. También hay un curso en proceso de creación que será muy muy interesante y que incluso podrá ser tomado por extranjeros, así que no se pierdan!!!
Así que ahora seguiré leyendo los libros pendientes, estudiando nuevas opciones de colores en acuarela, buscando nuevas plantas y temas interesantes e imaginando cómo dar forma a una nueva serie de trabajos que espero logren reflejar la alegría y creatividad que estoy experimentando en este momento.
«Nuestras malezas se dan muy bien en este lugar» 2011

Novedades veraniegas

Hola a todos! en este verano tan caluroso -al menos aquí en la ciudad de Santiago- y a pesar de las ganas de estar en el agua, siguen las actividades en el mundo de la ilustración botánica y el arte (claro que sí!!!).
Mañana miércoles 14 participaré a las 12:30 horas del Coloquio Línea y Lugar, organizado por la Universidad Alberto Hurtado y el Museo Nacional de Bellas Artes. En la mesa redonda que me corresponde hablaremos sobre dibujo, ilustración y otros temas muy interesantes.

La obra «La Conversación» 2013, será el caso de estudio para mi intervención en Línea y Lugar.

En el marco del coloquio, estoy impartiendo un taller de Introducción a la Ilustración Botánica en el museo. Ayer tuvimos la primera sesión, con 30 alumnos inscritos, donde aprendimos sobre la historia de la ilustración botánica y además dibujamos y pintamos hojas. La segunda y última sesión será este jueves 15.

Los alumnos ayer lunes muy concentrados pintando hojas.
La última y excelente noticia es que a principios de este mes, el Museo Nacional de Historia Nacional se adjudicó 6 de mis obras de flora nativa. Estas acuarelas desde hoy forman parte de la colección permanente del museo. Estoy muy orgullosa de esto, pues ya son más de 15 lo trabajos de mi autoría que son propiedad de esta institución. Todo un honor!
©Museo Nacional de Historia Natural
Vautro – acuarela y herbario.
Una de las obras que hoy forman parte de la colección del MNHN.
Por último: quedan sólo 7 cupos para el curso de Ilustración Botánica en el Instituto de Geografía UC. Si estás interesado en participar, postula ya!!! más información en http://geografia.uc.cl/Destacados/admision-2015-postulaciones-abiertas.html
Saludos a todos!!!

Me declaro como Post Naturalista, después de darle muchas vueltas al asunto.


Acabo de terminar la segunda versión del curso de Ilustración Botánica RBGE en el Instituto de Geografía de la Católica y al mismo tiempo, me concentro en un proyecto de ilustraciones etnobotánicas encargadas por el Museo Precolombino. Se trata de un momento especial, justamente a un poco más de cuatro años de haber empezado con este oficio y a siete de haber logrado restablecer la conexión con el mundo natural. A pesar de no ser una enorme cantidad de años han pasado muchas cosas, he aprendido mucho, ganado experiencia y construido un nicho donde establecer mi trabajo.
Sin embargo hay un tema que no deja de rondarme y que en estos períodos creativos se hace más necesario enfrentar: hacia dónde y cómo enfocar mi creatividad. Aparentemente es algo ya resuelto.
Últimamente he participado en un par de discusiones en grupos de artistas botánicos donde confluyen ilustradores de varios países, mayoritariamente británicos, europeos, y estadounidenses más algunos latinoamericanos, turcos y africanos (muy, muy pocos). En estas conversaciones se debate sobre qué tipo de trabajos califican como ilustraciones botánicas según los criterios actuales de las diferentes asociaciones y agrupaciones donde se organizan competencias y se otorgan premios a los mejores trabajos cada año. El debate aparece cuando miembros de los foros postean imágenes de obras que se salen de estos criterios –por ejemplo porque tienen el fondo pintado, las plantas proyectan sombra, no son botánicamente correctos y pasan a la categoría de “arte botánico”. Estas imágenes en el último tiempo, están siendo eliminadas de los foros pues no están en concordancia con las definiciones oficiales de Ilustración Botánica.

 “La ilustración científica de las plantas es un aspecto importante del, más amplio, mundo del arte botánico, definida por su propósito como una ayuda para el estudio y clasificación de especies. Botánicos e ilustradores trabajan juntos dentro de una relación sinérgica que resulta en ilustraciones específicamente diseñadas para complementar el texto. Las ilustraciones botánicas se utilizan para ilustrar “floras”, monografías, guías de campo e investigaciones. El artista sigue convenciones establecidas que incluyen una preferencia por el trabajo en blanco y negro, una habilidad para crear dibujos desde especímenes de herbario y la producción de magnificaciones detalladas de partes fundamentales de los especímenes. La precisión técnica es esencial pero los límites entre arte e ilustración son difíciles de distinguir, dados a menudo más por el propósito que por el estilo.”

Definición actual de “Ilustración Científica –Botánica- de la ASBA (American Society of Botanical Artists, 2014), originalmente en inglés.

Flor de hinojo, 2014.



 Es lógico que la ilustración puesta al servicio de la ciencia tenga reglas y límites bien definidos para mantener su objetividad –aun tratándose de una ficción, una representación bidimensional que ha pasado por el filtro del autor- y constituir un oficio consolidado y consistente en el tiempo -300 años de tradición lo demuestran. En este sentido, hay que ser muy específico al definir el trabajo propio: es diferente definirlo como “ilustración botánica”, que como “arte botánico”. La palabra “arte” añade automáticamente el valor subjetivo, personal y creativo del que carece la ilustración científica. Lo que ambos comparten son los criterios formales, de diseño, técnicos y la estética de las plantas. Es por esto que muchas veces las ilustraciones científicas mejor logradas son también catalogadas como obras de arte: su valor estético y perfección técnica logran elevar la ilustración desde su espacio utilitario hasta el estatus más “espiritual” de la obra de arte. Pero a ojos de un crítico o artista contemporáneo, a pesar de esta belleza innegable, la imagen seguiría siendo la de una ilustración; una pieza de excelencia en el ámbito técnico (siempre recuerdo el concepto de tekhne descrito por Radoslav Ivelic y aprendido en su clase durante mi primer año de Licenciatura en Artes cuando pienso en esta idea). ¿Es acaso injusta esta clasificación? ¿Dónde están los verdaderos límites? Todavía no tengo una respuesta muy elaborada al respecto. Observando estrictamente mi propio trabajo y siendo muy honesta con lo que veo, son pocas las ocasiones en que he realizado una verdadera ilustración científica.

Alstroemeria revoluta, 2014.

En cambio, son muchísimas las ocasiones en que los trabajos califican como “arte botánico”, y una obra fue expuesta como arte contemporáneo, pues formó parte de una exhibición de arte contemporáneo y el concepto detrás de la obra no radicaba en la correcta representación de la especie si no más bien en el hecho de establecer un puente entre los científicos que estudian esa planta, yo como artista y en tercer lugar el público (La Conversación, BVAM 2013).


Nadando en esta sopa de definiciones, límites e intentos de obediencia y de transgresión, se encuentra mi producción de obra.

Podría seguir así mucho tiempo más, experimentando ocasionalmente en cada área, llegando a propósito o por casualidad a llenar las expectativas de la ilustración científica, del arte o del híbrido que es la mayor parte de mi trabajo. Pero siento que es momento de unir estas formas de hacer para así crear el oficio propio.
Aquí aparece un término que me hace mucho sentido, el Postnaturalismo, con el que me bautizara Gonzalo Leiva en una reseña de la exhibición “Mi Naturalismo: tras los pasos del espíritu viajero” en Galería Artium, 2011.

“…su propuesta desplaza el naturalismo y sus restricciones de paradigma, para incorporarse a un camino propio e interpretativo, abandonando barreras, modas y concepciones. La honestidad  plástica resultante es conmovedora.”

He aquí el centro del asunto. Hace ya tres años de este texto, pero hoy se vuelve central, pues permite desde una mirada externa, aclarar cuál fue el camino desde ese primer acercamiento a un discurso propio. Rescatar estas palabras y tenerlas como guía se vuelve de suma importancia y urgencia en el quehacer diario, pues liberan mi trabajo de las ataduras y restricciones de la norma científica. Cuando se ha participado mucho tiempo en ese ámbito, ya sea como aprendiz, ilustrando, o simplemente conectada a ello, resulta complejo ampliar la perspectiva y acoger nuevas ideas, sobre todo en solitario, sin pares que hagan de “espejo” y colaboren con la remoción de los límites auto impuestos. Pero siempre hay un punto de inflexión.
 Por lo pronto, me interesa continuar con investigaciones que ayuden a profundizar más en las relaciones especie (planta) – artista – público. Teniendo el análisis a través del dibujo y la acuarela como plataforma visual central, también me interesa incorporar y darles mayor protagonismo a todas aquellas etapas de la investigación que se materializan a través de fotografías, herbarios, notas de campo, viajes, etc. Es el proceso de investigación el que sostiene y enriquece el resultado final –la ilustración- y que le otorga un sentido más allá del estético o centrado en la planta como punto de interés único. Incluir diferentes materialidades también es parte de esta nueva etapa, y en un tiempo más espero incorporar nuevos medios técnicos a lo que ya forma parte de mi obra.

Experimento para nueva publicación en curso, 2014.

Rectificar el rumbo.


Cuando ya llevamos unos años trabajando y desenvolviéndonos en un medio -académico, profesional- determinado, se supone que vamos modelando el perfil que deseamos para nuestra carrera. En este camino hay muchas opciones y oportunidades que se van presentando, frente a las que tenemos que
pensar y decidir si son lo más adecuado para la construcción de ese perfil.
A veces, se producen interferencias en la intuición -para mí la guía más confiable de todas- y, ¡sorpresa! tomamos una decisión equivocada, que por un tiempo nos saca el carrito del riel. Este fenómeno me ha sucedido, y estoy en proceso de reparación, reflexión y rectificación del rumbo. 
Estudio de una flor de Alstroemeria revoluta, 4x.
Para los artistas nos es complicado definir hasta qué punto nuestro trabajo será parte del mercado y hasta qué punto permaneceremos en una vereda donde logremos que el quehacer se mantenga alejado de éste y al mismo tiempo nos de dinero para vivir. O más bien, en el camino vamos experimentando diferentes maneras de ganar dinero con nuestro arte ya sea haciendo clases, vendiendo nuestras obras a personas que les gusten, optando por trabajar con galerías, etc. Y en mi caso, siempre estoy haciendo de todo. Pero la idea es que el nivel de los esfuerzos y su resultados vayan subiendo con el paso del tiempo. Si al comienzo hacía clases en mi casa, sobre una mesa hecha con una puerta, más adelante me hice una mesa buena que me ayudó a trabajar mejor. Luego, dirigí todos mis esfuerzos para llegar a hacer clases en la universidad (postular a un fondo de becas, salir a estudiar, etc.). Me preocupé de mejorar mi trabajo, de que mi técnica mejorara y cada día intento ser consciente de eso. 
Llegué a un punto en el que puedo elegir los proyectos que favorecen a mi trabajo y potencian el perfil que he ido construyendo: ilustración botánica, ligada a las ciencias, conservación y difusión de la flora chilena, colaboraciones con otros artistas y científicos, exploraciones, educación, etc. El producto tangible de todo esto, son mis láminas. Mis ilustraciones en acuarela sobre papel son los testimonios de este recorrido.
Mi primera aparición en la prensa como ilustradora naturalista, el 2009. Este año cumplo 35.


Leo todo esto, y digo: ¡pero si todo ya está más que pensado, está andando! y así es. Pero pueden haber quiebres que me advierten que siempre tengo que estar muy atenta a lo que aparece en el camino, a las decisiones que tomo, y que no todas las oportunidades son lo más adecuado para lo que busco.
Esta vez aprendí, que mi lugar no está en el mercado del arte. Que mis obras, esos testimonios, son objeto de deseo de personas que realmente tienen ideas en común con lo que intento transmitir. Que definitivamente, no me interesa ser parte del mundo de la decoración. No está en mi concepto de este trabajo el sentarme a pintar una composición especial para el respaldo de una cama, o una planta que combine con los cojines de un living. Mis obras están ahí para quien quiera disfrutarlas y darles un lugar en su casa, pero no nacen con ese fin. No soy capaz de adaptar mi trabajo a los vaivenes de la moda ni a los caprichos del mentado mercado. Por que ni yo misma me he adaptado a eso como persona. Entonces, ¿por qué mi obra? 
Finalmente, lo más importante es aprender de cada decisión y entender que mientras no nos perdamos del norte, todo está bien. Ahora lo veo con más claridad: elegí un trabajo que conjuga el estudio, el arte y sus técnicas, el estar en contacto con la naturaleza y las plantas, pasearme entre disciplinas y conocer más a fondo las especies y paisajes chilenos. Las imágenes que aparecen, sin duda pueden tener múltiples destinos: un libro, alegrar un comedor, estamparse en una bolsa, en un vestido o una tarjeta. Pero no fueron creadas para eso: es la consecuencia de su naturaleza.