Tengo un montón de plantas prensadas ¿qué puedo hacer con ellas?

 

Varias veces he escrito sobre las plantas prensadas y los herbarios. Para mí son un hobby y un testimonio. Sabemos que en los herbarios del mundo sobreviven muestras de plantas que tienen más de 200 años en algunos casos, y que fueron colectadas por los grandes exploradores del Naturalismo Científico, como Joseph Dalton Hooker, Charles Darwin, Claudio Gay y tantos otros. Además, en paralelo a la actividad científica oficial, en las clases altas europeas la botánica se transformó en uno de los pasatiempos favoritos de las mujeres y jóvenes.

Era muy bien visto saber de plantas, coleccionarlas, dibujarlas y también hacer herbarios con los hallazgos hechos durante las caminatas por bosques y jardines. Si investigamos por ejemplo, herbarios realizados durante la excéntrica época victoriana en Inglaterra, encontraremos muchos en que las composiciones con plantas van mucho más allá de lo taxonómico y se transforman en ilustraciones de otras situaciones.

Hoy, podemos retomar los herbarios como un pasatiempo que nos conecte con la naturaleza de manera íntima y sustentable. 

Esta semana en Mi Naturalismo TV, invitamos a la diseñadora Javiera Méndez, quien junto a su hermana Fernanda se lanzaron con un bello emprendimiento: «Casa Botánica». Aquí su principal actividad es la fabricación de unas hermosas prensas de flores, hechas enteramente por ellas y también unos lindísimos cuadros con plantas prensadas.

Prensa floral de Casa Botánica, foto cortesía de Javiera Méndez.

Te invito a conocer su trabajo y experiencia en el cuarto episodio de Mi Naturalismo TV.

Cuéntanos qué te parece la primera entrevista en nuestro programa, estamos muy felices de iniciar este formato, que iremos intercalando con los videos tradicionales.

Espero tus comentarios y compártelo con las personas que podrían estar interesadas.

¡Abrazos de plantas!

Geraldine

Biblioteca:

El Collage como alternativa creativa.


La página dedicada a las flores – Diario de Collages 2019

Estoy de vacaciones hace algunos días con mi familia, en la playa. Han sido días muy agradables de descanso, vida familiar, y casi desconexión total. Digo casi, porque esta vez he dejado una pequeña ventana de trabajo abierta para que cuando llegue marzo no me encuentre con una montaña de cosas por hacer si no con un cerro manejable (espero!!!).

Cada vez que venimos a la playa, traigo conmigo una bolsa llena de materiales para pintar, que sé que no usaré. Ellos vienen de paseo «por si acaso» hay tiempo, por si encuentro algo bonito, y muchos etcéteras. Pero siendo honesta cuando estoy de vacaciones, no tengo ganas de hacer lo mismo de siempre. Me mentí por años, pensando que tenía esa capacidad de pintar con una hija de dos meses, o muy cansada, o con una niña que solo quiere jugar, etc. Pero esta vez, aunque seguí con el autoengaño y me traje mis acuarelas hechas a mano (claro, porque no son las de trabajo, son las de amor al arte, diversión), traje otros materiales que sí estoy disfrutando un montón y de hecho, agradezco haber tenido la idea.

Motivada por el post de una gran amiga editora en Instagram, donde contaba que tomó un curso de collage con la gran Alejandra Acosta y que estaba feliz, me dije: «Hace unos 15 años atrás hacías muchos collages y te encantaba. De hecho, por más de un año fueron tu obra plástica. Retómalo!!!»

Simplemente sacar una página y ponerla en mi cuaderno hace que quiera hacer cosas con ella. 


Y así lo hice. Me compré un cuaderno súper grande (en las fotos) y con un papel para multi técnicas (podría habérmelo ahorrado, pero tengo el mal de querer un cuaderno nuevo para TODO). También compré una barra de pegamento y puse una tijera en el estuche. Eso es todo lo que se necesita. El tesoro son las imágenes. Fui tras los pasos de mi amiga y llegué a un vendedor de libros usados que es como el proveedor de todos los vendedores de libros usados, un Diógenes de VERDAD. Y me compré dos volúmenes empastados de enciclopedias Códex, unas enciclopedias chilenas de los 50′-60’s que deben haber sido bastante buenas en su tiempo, con mucha información de muchos temas. Hoy día, lógicamente, está obsoleta en la gran mayoría de los temas, porque el planeta ha cambiado demasiado en 60 años. Pero las ilustraciones son un puente al pasado muy bello, tienen algo especial que cautiva. Será que todos son dibujos a mano, no existen fotos. Sólo dibujos e infografías a mano. Fantástico.

Este collage es la mitad de una imagen que construí pensando en mis acuarelas hechas a mano y en los diferentes intereses que he estado cultivando los últimos años.

Me demoré unas dos semanas en poder recortar esas enciclopedias. Las miré por varios días, recordé cosas. Pero aquí en la playa me libero de lo estricto, así que las recorté y ha sido muy entretenido. No tiene propósito alguno, sólo diversión. Y estoy creando pero de forma relajada, sin presiones de ningún tipo. Ésos momentos creativos son geniales porque son muy transparentes. Arte por el arte.

Creo que es positivo hacer un buen balance entre el artista y el científico. El tiempo haciendo Ilustración Botánica igual me distanció del lado más creativo y libre. Siento que los científicos creen que el proceso del arte es igual al de la ciencia pero no. El arte es espontáneo y sin ataduras, libre. Las cosas no tienen que ser útiles en el arte.
Por otro lado, tener ciertos límites y restricciones ayuda a aprender muy bien una metodología o técnica. Pero la libertad creativa sin límites, no tiene precio.

Este es el collage donde muestro las ganas que tengo de visitar Japón.

Como ves, son selecciones de cosas que me gustaron. Ahora si quiero puedo dejarlas así o hacer algo más en las páginas, que también es muy entretenido. Es muy bueno tener un arte por el arte en la vida.
¿Tienes un espacio de creatividad propio, feliz, y que no se sienta como un trabajo o bajo presión? Cuéntanos para saber.

Arriba y abajo.

Este es mi cuaderno 🙂


¡Colores, colores, colores! – Cosas que no aprendes en la Escuela de Arte.

En el último tiempo me han preguntado bastante por nuevos colores de acuarela para agregar a la paleta. Como ya saben, en general trabajo en base a colores primarios (rojo-amarillo-azul) que voy combinando para obtener diferentes familias y atmósferas de color.

La paleta primaria que uso, que tiene tres primarios cálidos y tres primarios fríos, la aprendí en mi estadía en Escocia hace años atrás. Antes de eso, mi aproximación al color era desde lo que había aprendido en la escuela de Arte, que no se adaptaba bien a la ilustración botánica en acuarela. También trabajaba por intuición, que me funcionaba mejor, pero todo cambió cuando tuve mayor control y conocimientos de color.

Para mí, el secreto de una paleta eficiente es tener muchos colores primarios diferentes -es decir azules, rojos y amarillos- y algunos secundarios que ayuden a potenciar los énfasis que los primarios no pueden lograr.

Las acuarelas que uso: siempre profesionales, y me fijo en que los colores estén compuestos por un solo pigmento, y que sean transparentes, semi transparentes o semi opacos. Hago lo posible por no usar pigmentos opacos. Esto puedes verlo en los tubos de acuarela o bien en las cartas de colores de las diferentes marcas:


(Foto sacada de Internet)

El mundo de los pigmentos es muy complejo, pero vale la pena estudiar lo básico para saber cómo funcionan y así puedes beneficiarte más de sus distintas cualidades en tu pintura. Hace un tiempo integré a mi paleta acuarelas hechas por mí desde la piedra, lo que me permite añadir un toque más orgánico y matérico a mi acuarela. 
Algunos de los colores que fabrico (Piedras y Agua). Todos de origen natural -OJO: el reino mineral, también es natural y puede ser tóxico. No confundamos natural con saludable o no tóxico.
Bueno, los colores que les quiero presentar hoy han ido llegando a mi vida de la mano de artistas, amigos y maestras que han compartido sus colores favoritos en nuestras conversaciones. La historia de cómo llegan los colores a nuestra vida también es algo valioso. 
1) Quinacrodine Red de Winsor&Newton: un rojo/rosado súper transparente y vibrante que descubrí con mi amigo John Pastoriza-Piñol. Hermoso para pétalos sedosos y brillantes. 

2) Perylene Green de Winsor&Newton: Verde frío, terroso que puede llegar casi al negro. Fantástico para lograr esos verdes oscuros y densos que el azul no consigue. Me lo presentó mi querida amiga Gülnur Eksi.

3) Green Gold, de Winsor&Newton: un verde-amarillo-dorado, como dice su nombre. Mézclalo con Indigo y wow, tienes a los padres del Sap Green, que no vas a usar nunca más. También lo conocí gracias a Gülnur.

4) Aureolin Yellow de Winsor&Newton: Amarillo frío, denso y cubriente. Excelente para flores amarillas que no son muy anaranjadas ni muy «amarillo pato». Lo conocí gracias a la maestra Louise Olley.

5) Mountain Blue de Schminke Horadam: un azul frío, parecido al cerúleo pero no tan «cerúleo». Pruébalo con rosados chicle para lograr unos violetas espectaculares. Lo conocí con Alicia, una profesora del Royal Botanic Garden Edinburgh y no puedo acordarme de su apellido!!!

6) Ultramarine Violet de Da Vinci: un violeta transparente y necesario para lograr lindas sombras en modelos amarillos. Éste, simplemente lo compré.

7) Winsor Blue – Green Shade de Winsor&Newton: Un azul bellísimo, de la familia de los Pthalos, frío y genial para los verdes intensos y «tropicales». Lo conocí gracias a la maestra Sarah Roche, una de las grandes pintoras de flores blancas.

Pronto les iré contando sobre otros colores que uso. Obviamente tengo mis regalones. Lo más importante, es que me mantengo fiel a usar no más de 5 colores en una pintura. ¡Menos es más!

Noticias Primaverales: nueva Web en camino.

Estoy muy feliz de estar a poco tiempo de lanzar mi nueva página web. Desde el año 2009 he estado presente en Internet a través de este blog y de variadas plataformas donde comparto mi trabajo con el mundo. Sin embargo, nunca me había aventurado en la creación de una página. 
Hace un tiempo, tomé la decisión de crear e implementar un portal de e-learning donde enseñar a distancia, pues es mucha la gente que me escribe pidiendo esta opción. 
Me puse a investigar y estudiar para saber cómo se estructuran los cursos online y lo que pronto podrán ver es el resultado de un año de trabajo.
La idea central de la nueva web es ser una plataforma educativa, un canal de comunicación y portafolio más acotado y organizado que el Blog y además una tienda virtual para algunos productos y los cursos online. 
Los cursos estarán disponibles dentro de los próximos meses. Por el momento, haré un lanzamiento de la Primera Etapa. La fecha aun no está confirmada pero será muy pronto.
En el sitio hay un Calendario donde podrás saber de los cursos presenciales y otras actividades que van sucediendo durante el año.
Podrás ver mis distintos trabajos de manera más organizada y en un solo lugar. 
Todavía hay mucho que hacer sin embargo falta poco para darlo a conocer. Espero que me sigan acompañando en esta nueva plataforma y que sea una buena experiencia para todos.

Alianza con los increíbles pinceles Rosemary and Company

Hace ya cinco años conocí la marca de pinceles Rosemary and Company. Se trata de una fábrica de pinceles para artistas familiar, que vende sus productos sólo a través de su página web y de algunos artistas. Por esta razón, los pinceles son de muy buena calidad y factura y al mismo tiempo, los precios son más bajos que los de las marcas conocidas (pues no hay retail incluido).
Este año, con Rosemary formamos una alianza y pude diseñar dos sets de pinceles especiales para ilustradores botánicos. Esto nace de la necesidad de que mis estudiantes puedan acceder a buenos materiales a un precio justo. Quiero aclarar desde un principio que yo no recibo comisiones a cambio de esta alianza.
El primer set consta de 4 pinceles para acuarela de sable Kolinsky (pelo natural), redondos. Este set es para quienes necesitan comprar sus primeros pinceles profesionales y no tienen claro qué números sirven más.
La selección es:
Pinceles nº 1 y 2 para los detalles, y nº5 para áreas más extensas. El nº7 es perfecto para el agua, pues es lo suficientemente grueso para áreas grandes y al mismo tiempo tiene una punta muy fina que te permite humedecer áreas muy pequeñas y trabajar detalles más intrincados.
El segundo set es más económico y está compuesto por siete pinceles de pelo mixto: nylon + sable natural, lo que les da mayor capacidad para absorber agua y son muy durables y más baratos. Con este set no necesitas nada más:
El set 2 tiene pinceles sable, de pelo mixto y redondos nº 1, 3 y 4 para detalles y áreas pequeñas, nº 5 para pintar áreas más extensas y un nº7 para el agua. Además, viene con un pincel espatulado de pelo sintético nº4 que podrás usar para limpiar manchas, corregir detalles, etc. Este set, es muy barato y es ideal para los que quieren un set completo y a un súper buen precio.
Les recomiendo 100% esta marca. Te harán un descuento por el impuesto británico y el envío es rápido y los pinceles llegan en excelentes condiciones. Espero que los disfruten y cuéntenme si compran uno de estos sets.
¡A pintar!

Investigar sobre una planta que no tienes a tu alcance: El Cacao.

Antigua ilustración de Theobroma cacao, Alemania.
Fuente: Google.
Cuando queremos hacer la ilustración de una planta, es muy importante recabar la mayor cantidad de información posible, tanto en términos botánicos, registros fotográficos, otras ilustraciones de toda clase y época, la relación de la planta con el ser humano, etc.
En marzo pasado tuve que investigar muchas plantas tropicales en Kaua’i y aunque las dibujé, hice pruebas de color y les tomé fotos, la información que obtuve no es suficiente hoy. Por otro lado, la distancia temporal y no tener el modelo presente, hace que la atención se diluya y es algo complicado sentarse a pintar con entusiasmo si no tienes mucho qué mirar y la planta pareciera parte del pasado (me ha sucedido así algunas veces). 
Por eso, nada mejor que un estudio rápido, completo y preciso de la planta antes de empezar, para empaparse de ella completamente y bueno, también encantarse con el tema.
Mi ejemplo de hoy es el Cacao, Theobroma cacao, el árbol sagrado centro americano de donde viene el amado, codiciado y exquisito chocolate. Sin duda un gran regalo producto de la curiosidad alimentaria de la gente y las maravillas ocultas que traen las plantas.
Qué no podríamos decir del Cacao…una de las pocas especies de plantas en el mundo cuyas semillas se transan en las bolsas de comercio, moviendo billones de dólares al año…que para la producción del dulce chocolate muchas veces se usa mano de obra infantil esclava, o que los españoles quedaron literalmente vueltos locos con el brebaje misterioso y mega reconfortante que tomaban los aztecas, que hasta tenían una diosa para el preciado árbol. 
Ixcacau, la Diosa del Cacao (Google)
La definición de Theobroma cacao en Wikipedia 
Un Herbario tridimensional del árbol del Cacao. Estas reliquias preciosas del siglo XIX 
hoy se transan en las grandes casas de remate y en anticuarios europeos (Google).
Ilustración botánica antigua del Cacao, con énfasis en la flor, muy pequeña con respecto al gran y vistoso fruto. (Google)

Fruto abrierto y semilla del cacao, la que después se transforma en chocolate.
Fotos: Geraldine MacKinnon.
Mi escritorio en Kaua’i mientras pintaba el fruto del Cacao.
Entonces, para tener una visión global de las plantas, recomiendo investigar lo más posible. Pocas plantas tienen tanta información de tantas clases diferentes como el Cacao, pero siempre hay cosas interesantes que se pueden encontrar indagando más profundo (y ustedes lo saben!!!). 
Estudio inconcluso del fruto del Cacao. Kaua’i 2017.
Antiguo diario de plantas tropicales en acuarela opaca, autor(a) deconocido(a). 
Foto: Geraldine MacKinnon, 
National Tropical Botanic Garden, Kaua’i 2017.

Algunas de mis fotos de registro del árbol, el fruto y las hojas.
Con todo esto, la idea es armar una composición nueva, creada especialmente para mi interpretación del cacao. Es decir, incluiré los elementos que considero relevantes para lo que quiero destacar de esta famosa especie. Así que, muy pronto podré mostrar el resultado de mi experiencia ilustrando el cacao. Para terminar, les dejo un interesante documental que muestra la cruel realidad en las plantaciones de cacao en África, donde compañías gigantes del chocolate hacen la vista gorda al terrible tráfico de niños esclavos y a los peligros que enfrentan al ser engañados, cambiados de país y obligados a trabajar con filosos y pesados machetes. Para pensar qué chocolates compramos la próxima vez.

No tenerle miedo al Negro

En las escuelas de Arte (Universidades) al enseñar pintura, se suele poner al negro en un lugar poco amable y se les exige a los alumnos eliminarlo completamente de sus paletas. Al menos en mi caso fue así, y lo he escuchado varias veces de amigos pintores que recuerdan a sus profesores prohibir el uso de los pigmentos negros, como el Mars Black (el más antiguo de los negros) o el Lamp Black.
El argumento utilizado era que el negro era demasiado invasor y que tendía a ensuciar los colores y a aplanar las sombras, y además se asociaba con el negro de la tinta del cómic.
En mi clase, a cambio del negro el profesor nos enseñaba a mezclar «negros ópticos», que se obtenían mezclando Azul Ultramar y Tierra de Sombra Tostada, independiente de la paleta que se estuviera utilizando…que por lo demás, era muy reducida y sin un análisis de por medio.

En ilustración botánica, también está la idea de evitar el negro. Sin embargo, este pigmento sí puede ser una gran herramienta en ciertos casos si se usa complementando los negros ópticos, sin abusar de él.

Actualmente estoy trabajando con plantas de orquídeas chilenas del Herbario Nacional. Las hojas de las orquídeas, que mientras están vivas son de un color verde muy vibrante, se tornan negruzcas, rojizas y de un lindo color cobrizo al secarse adecuadamente. Además, muchas de las especies chilenas tienen los ápices y venas de sus pétalos teñidos de un intenso negro verdoso, que contrasta hermosamente con el blanco del fondo. Esto les da un aspecto gráfico y hasta un poco tenebroso.
En esta pintura, he utilizado sólo tres colores primarios, como suelo hacer: un rojo, un azul y un amarillo. Sin embargo, al momento de dar toques finales de contraste decidí usar negro en pequeñas cantidades, y es increíble cómo le da fuerza y nitidez al trabajo.
Como todos los pigmentos demasiado dominantes -por ejemplo Verde Viridian, Pthalo Blue, Opera Rose-, es necesario usarlo con cuidado, pues sí es cierto que en exceso ensuciará la atmósfera que se ha logrado con los otros colores y tiende a empobrecer las sombras, que también pueden tener una linda variedad de colores y tonos. 
Les recomiendo atreverse a usar el negro cuando lo consideren necesario, sobre todo cuando se trate de modelos de aspecto oscuro y duro, que necesitan de un alto contraste y sombra para verse naturales.

Un trabajo rápido.

Hace unos días atrás surgió la oportunidad de enviar un trabajo para la exposición titulada «Small Works» que tendrá lugar en Miami en el mes de octubre, en el marco del Congreso y Encuentro de la Asociación de Artistas Botánicos de América (ASBA en inglés). 
Decidí continuar con mi obsesión por la Araucaria y sus particularidades, seleccionando un fragmento de corteza que me regaló un amigo años atrás y que tenía pendiente. Tuve dos días para hacerlo y aunque fue difícil, disfruté mucho el desafío.

Primero que nada hice el dibujo e imprimí fotografías a color y en blanco y negro de mi modelo. Una corteza así está llena -pero llena!- de pequeños detalles y las fotos ayudan a simplificar la imagen, pues eliminan bastante de lo que se ve en el objeto tridimensional. La pintura es una representación bidimensional, por lo tanto, la idea es llegar a un resultado lo más parecido posible al real pero también debemos «resumir» la información. La síntesis es crucial.

Todo listo.


Aquí vemos la pintura en sus primeras capas donde ya se van incorporando detalles. Luego vemos la paleta de colores que se fue armando en la medida que avanzaba y más abajo, el proceso de pintar los detalles. Como se trataba de una superficie muy irregular y llena de quiebres y texturas, pude usar todos los gestos gráficos que se me iban ocurriendo en el camino.
Lo que me encanta de este tipo de modelos es que dan más libertad para resolver el cómo llegar al resultado y por lo mismo aguantan más pintura. Y la ausencia de verde también es un descanso 😉

He aquí una escama de tronco de araucaria adultísima.
El trabajo terminado. Lo más difícil es llegar al contraste y el volumen necesarios para dar cuenta de la textura de la madera seca, además de todas las capas que se están descascarando.
El trabajo final:


Montar herbarios decorativos que duren.

Hace unos días estaba revisando mis obras enmarcadas, cuando me di cuenta de que el herbario de Chloraea chrysantha que hice el año pasado para la BVAM se estaba despegando y la delicada flor corría peligro de desarmarse. Entonces decidí desmontarla del marco y restaurarla para que no sufriera daños.
Esto me pasó en primer lugar porque no usé todos los materiales adecuados en el montaje.
Los herbarios son lindas alternativas para coleccionar plantas que nos gustan, y para conservar las que a veces nos encontramos pero no podremos volver a plantar o reproducir por diferentes motivos. Esta orquídea la prensé porque cuando la estaba terminando de dibujar, se me cayó de la mesa de trabajo y el tallo se quebró. En vez de botarla a la basura o dejar que se pudriera, decidí prensarla. Para eso, aproveché que todavía hacía frío y la aplasté muy bien con libros y papel de diario y la puse cerca de la estufa, para acelerar la deshidratación y evitar la aparición de hongos, que son enemigos nº1 en este proceso.

Una vez bien seca -si el proceso estuvo bien hecho, los colores no se perderán totalmente-, lo ideal para que se conserve bien es pegarla en una hoja de cualquier tipo de papel libre de ácido. Esto es fundamental, pues con el tiempo y la luz los ácidos presentes en la mayoría se van liberando y aparte cambiar la coloración del papel, van carcomiendo otros materiales, en especial el material vegetal que es muy delicado. En este caso elegí un papel de acuarela Arches 100% algodón, libre de ácido,  que tenía guardado y que por su grano no suelo usar para pintar. Pero mi error la primera vez, fue usar tiritas de masking tape para pegar la planta al papel. El masking tape viene cargado de ácido y además con los cambios de temperatura se despega. Al desmontar el marco, vi que el pegamento se había cristalizado y estaba dañando la planta y el papel. Así que lo saqué y raspé con un cuchillo todos los restos del pegamento que pudieran quedar.
Luego, para reemplazar el masking tape, usé tiritas de papel japonés también libre de ácido, y almidón de arroz como pegamento, que también es PH neutro y por lo tanto no libera químicos dañinos. La planta también se había empezado a inclinar y una flor se había despegado de su tallo, así que con mucho cuidado y usando un pincel, la pegué al papel -sólo en algunos lugares- para que quedara firme.
* Dato actualizado: la manera tradicional de montar herbarios es cosiéndolos al papel con hilo de algodón blanco. Muy fácil de conseguir y hacer.
Lo más importante al hacer un herbario es: 
– Cuidar que la planta se seque 100% y rápido antes de montarla. No debe quedar ni una gota de humedad pues esto atraerá hongos inevitablemente.
– Que todos los materiales que estén en contacto directo con la planta, sean libres de ácido, diseñados para conservación.
Finalmente volví a poner mi orquídea en su marco, ahora muy segura y lista para durar muchos años sin tener que molestarla otra vez. 
Espero que les sirvan estos datos. Recuerden que no está permitido sacar plantas nativas de lugares protegidos para hacer herbarios ni venderlas, ni nada por el estilo. Pueden usar plantas ornamentales o recurrir a viveros donde comercialicen flora chilena (esta orquídea provino del vivero del Jardín Botánico Nacional y yo contaba con autorización para trabajar allí).

Me declaro como Post Naturalista, después de darle muchas vueltas al asunto.


Acabo de terminar la segunda versión del curso de Ilustración Botánica RBGE en el Instituto de Geografía de la Católica y al mismo tiempo, me concentro en un proyecto de ilustraciones etnobotánicas encargadas por el Museo Precolombino. Se trata de un momento especial, justamente a un poco más de cuatro años de haber empezado con este oficio y a siete de haber logrado restablecer la conexión con el mundo natural. A pesar de no ser una enorme cantidad de años han pasado muchas cosas, he aprendido mucho, ganado experiencia y construido un nicho donde establecer mi trabajo.
Sin embargo hay un tema que no deja de rondarme y que en estos períodos creativos se hace más necesario enfrentar: hacia dónde y cómo enfocar mi creatividad. Aparentemente es algo ya resuelto.
Últimamente he participado en un par de discusiones en grupos de artistas botánicos donde confluyen ilustradores de varios países, mayoritariamente británicos, europeos, y estadounidenses más algunos latinoamericanos, turcos y africanos (muy, muy pocos). En estas conversaciones se debate sobre qué tipo de trabajos califican como ilustraciones botánicas según los criterios actuales de las diferentes asociaciones y agrupaciones donde se organizan competencias y se otorgan premios a los mejores trabajos cada año. El debate aparece cuando miembros de los foros postean imágenes de obras que se salen de estos criterios –por ejemplo porque tienen el fondo pintado, las plantas proyectan sombra, no son botánicamente correctos y pasan a la categoría de “arte botánico”. Estas imágenes en el último tiempo, están siendo eliminadas de los foros pues no están en concordancia con las definiciones oficiales de Ilustración Botánica.

 “La ilustración científica de las plantas es un aspecto importante del, más amplio, mundo del arte botánico, definida por su propósito como una ayuda para el estudio y clasificación de especies. Botánicos e ilustradores trabajan juntos dentro de una relación sinérgica que resulta en ilustraciones específicamente diseñadas para complementar el texto. Las ilustraciones botánicas se utilizan para ilustrar “floras”, monografías, guías de campo e investigaciones. El artista sigue convenciones establecidas que incluyen una preferencia por el trabajo en blanco y negro, una habilidad para crear dibujos desde especímenes de herbario y la producción de magnificaciones detalladas de partes fundamentales de los especímenes. La precisión técnica es esencial pero los límites entre arte e ilustración son difíciles de distinguir, dados a menudo más por el propósito que por el estilo.”

Definición actual de “Ilustración Científica –Botánica- de la ASBA (American Society of Botanical Artists, 2014), originalmente en inglés.

Flor de hinojo, 2014.



 Es lógico que la ilustración puesta al servicio de la ciencia tenga reglas y límites bien definidos para mantener su objetividad –aun tratándose de una ficción, una representación bidimensional que ha pasado por el filtro del autor- y constituir un oficio consolidado y consistente en el tiempo -300 años de tradición lo demuestran. En este sentido, hay que ser muy específico al definir el trabajo propio: es diferente definirlo como “ilustración botánica”, que como “arte botánico”. La palabra “arte” añade automáticamente el valor subjetivo, personal y creativo del que carece la ilustración científica. Lo que ambos comparten son los criterios formales, de diseño, técnicos y la estética de las plantas. Es por esto que muchas veces las ilustraciones científicas mejor logradas son también catalogadas como obras de arte: su valor estético y perfección técnica logran elevar la ilustración desde su espacio utilitario hasta el estatus más “espiritual” de la obra de arte. Pero a ojos de un crítico o artista contemporáneo, a pesar de esta belleza innegable, la imagen seguiría siendo la de una ilustración; una pieza de excelencia en el ámbito técnico (siempre recuerdo el concepto de tekhne descrito por Radoslav Ivelic y aprendido en su clase durante mi primer año de Licenciatura en Artes cuando pienso en esta idea). ¿Es acaso injusta esta clasificación? ¿Dónde están los verdaderos límites? Todavía no tengo una respuesta muy elaborada al respecto. Observando estrictamente mi propio trabajo y siendo muy honesta con lo que veo, son pocas las ocasiones en que he realizado una verdadera ilustración científica.

Alstroemeria revoluta, 2014.

En cambio, son muchísimas las ocasiones en que los trabajos califican como “arte botánico”, y una obra fue expuesta como arte contemporáneo, pues formó parte de una exhibición de arte contemporáneo y el concepto detrás de la obra no radicaba en la correcta representación de la especie si no más bien en el hecho de establecer un puente entre los científicos que estudian esa planta, yo como artista y en tercer lugar el público (La Conversación, BVAM 2013).


Nadando en esta sopa de definiciones, límites e intentos de obediencia y de transgresión, se encuentra mi producción de obra.

Podría seguir así mucho tiempo más, experimentando ocasionalmente en cada área, llegando a propósito o por casualidad a llenar las expectativas de la ilustración científica, del arte o del híbrido que es la mayor parte de mi trabajo. Pero siento que es momento de unir estas formas de hacer para así crear el oficio propio.
Aquí aparece un término que me hace mucho sentido, el Postnaturalismo, con el que me bautizara Gonzalo Leiva en una reseña de la exhibición “Mi Naturalismo: tras los pasos del espíritu viajero” en Galería Artium, 2011.

“…su propuesta desplaza el naturalismo y sus restricciones de paradigma, para incorporarse a un camino propio e interpretativo, abandonando barreras, modas y concepciones. La honestidad  plástica resultante es conmovedora.”

He aquí el centro del asunto. Hace ya tres años de este texto, pero hoy se vuelve central, pues permite desde una mirada externa, aclarar cuál fue el camino desde ese primer acercamiento a un discurso propio. Rescatar estas palabras y tenerlas como guía se vuelve de suma importancia y urgencia en el quehacer diario, pues liberan mi trabajo de las ataduras y restricciones de la norma científica. Cuando se ha participado mucho tiempo en ese ámbito, ya sea como aprendiz, ilustrando, o simplemente conectada a ello, resulta complejo ampliar la perspectiva y acoger nuevas ideas, sobre todo en solitario, sin pares que hagan de “espejo” y colaboren con la remoción de los límites auto impuestos. Pero siempre hay un punto de inflexión.
 Por lo pronto, me interesa continuar con investigaciones que ayuden a profundizar más en las relaciones especie (planta) – artista – público. Teniendo el análisis a través del dibujo y la acuarela como plataforma visual central, también me interesa incorporar y darles mayor protagonismo a todas aquellas etapas de la investigación que se materializan a través de fotografías, herbarios, notas de campo, viajes, etc. Es el proceso de investigación el que sostiene y enriquece el resultado final –la ilustración- y que le otorga un sentido más allá del estético o centrado en la planta como punto de interés único. Incluir diferentes materialidades también es parte de esta nueva etapa, y en un tiempo más espero incorporar nuevos medios técnicos a lo que ya forma parte de mi obra.

Experimento para nueva publicación en curso, 2014.