Este mes en revista Chile Indómito :)

Estoy muy feliz porque este mes hay un reportaje a mi trabajo y al de otras tres colegas ilustradoras naturalistas en la excelente revista de naturaleza chilena «Chile Indómito». Aquí les dejo el link a la revista, que aparece todos los meses en formato digital.

Alstroemeria revoluta: una aventura para ilustrar esta hermosa flor por primera vez / Primera Parte.

El año pasado, durante el Tercer Congreso de Flora Nativa, conocí al horticultor de la Universidad de Cornell, NY, Mark Bridgen. Él presentó una interesante charla sobre alstroemerias y los avances en su cultivo, tema al que se dedica hace muchos años. Bridgen constantemente visita nuestro país y colabora permanentemente con científicos chilenos que se especializan en este género.
Cuando vio mi trabajo, me encargó la misión de ilustrar para él la Alstroemeria revoluta, una alstroemeria bastante especial y que crece en los faldeos cordilleranos de nuestra región. Personalmente nunca la había visto, y al buscar información sobre ella en Internet no encontré mucha. Por eso me pareció un desafío muy interesante. A mediados de enero de 2013, partí a Farellones a buscarla, siguiendo las indicaciones de varios amigos.
Ese día en Farellones, tuve el placer de encontrarme con muchas alstroemerias, rodophiallas, mutisias y otras flores, pero no pude dar con la que buscaba. Supuestamente estaba en la fecha correcta, así que creo que lo que falló en ese momento fue mi poquísimo conocimiento de la planta: probablemente me crucé con algunas aun sin abrir sus flores, y mi falta de experiencia me impidió verlas. Así que al volver ubiqué a Benito Rosende, un joven biólogo y naturalista que conoce todos los cerros y senderos de Santiago a la perfección y que sabe de memoria dónde encontrar cada especie. Al hablar con él, me sugirió ir a San Carlos de Apoquindo, donde él había visto una abundante población de A. revoluta en años anteriores.
En San Carlos nos fue mucho mejor: a pesar de que el año había sido muy seco, aproximadamente unas 20 plantitas estaban creciendo. Aun no había flores abiertas. Encontramos plantas en distintas etapas de crecimiento. Todavía no tengo claro si las que estaban como la de arriba tenían esa apariencia por las condiciones de sequía, o porque la planta se va secando a medida que las flores maduran. Creo que es un poco de ambos factores. En la de abajo el panorama se ve muy distinto, aunque las flores están recién empezando a tomar forma.
Como no había flores abiertas para trabajar, corté dos tallos desde la base con sus botones, los puse en agua y los traje a mi taller esperando que vivieran lo suficiente y que lograran abrirse. En general no hago esto, pero era mi única opción y además la población era suficiente. Por otro lado, no he encontrado otra ilustración a color de esta planta, así que valía la pena.
Una vez en casa, puestas en agua, las flores se abrieron y se dieron bastante bien. Me puse a trabajar lo más rápido posible: dibujé los dos tallos que había traído en detalle e hice pruebas de color de las flores. Les saqué muchísimas fotos, hice disecciones de las flores, etc. Mientras mis plantas estuvieran vivas debía recopilar la mayor cantidad de información posible.
En general, cuando se trata de plantas que no conozco mucho y que además son complejas, me toma bastante tiempo poder entenderlas, observarlas, conocerlas y digerir toda la información que me entregan. Después del tiempo que pasé en enero dibujando y registrando, y una vez que mis plantitas murieron, me tomé un descanso y volví a retomarlas en marzo de este año.
En la próxima entrega les mostraré el proceso de dibujo y color de la Alstroemeria revoluta, y el resultado final de la lámina. Espero sus comentarios sobre este trabajo!
Saludos!

Rectificar el rumbo.


Cuando ya llevamos unos años trabajando y desenvolviéndonos en un medio -académico, profesional- determinado, se supone que vamos modelando el perfil que deseamos para nuestra carrera. En este camino hay muchas opciones y oportunidades que se van presentando, frente a las que tenemos que
pensar y decidir si son lo más adecuado para la construcción de ese perfil.
A veces, se producen interferencias en la intuición -para mí la guía más confiable de todas- y, ¡sorpresa! tomamos una decisión equivocada, que por un tiempo nos saca el carrito del riel. Este fenómeno me ha sucedido, y estoy en proceso de reparación, reflexión y rectificación del rumbo. 
Estudio de una flor de Alstroemeria revoluta, 4x.
Para los artistas nos es complicado definir hasta qué punto nuestro trabajo será parte del mercado y hasta qué punto permaneceremos en una vereda donde logremos que el quehacer se mantenga alejado de éste y al mismo tiempo nos de dinero para vivir. O más bien, en el camino vamos experimentando diferentes maneras de ganar dinero con nuestro arte ya sea haciendo clases, vendiendo nuestras obras a personas que les gusten, optando por trabajar con galerías, etc. Y en mi caso, siempre estoy haciendo de todo. Pero la idea es que el nivel de los esfuerzos y su resultados vayan subiendo con el paso del tiempo. Si al comienzo hacía clases en mi casa, sobre una mesa hecha con una puerta, más adelante me hice una mesa buena que me ayudó a trabajar mejor. Luego, dirigí todos mis esfuerzos para llegar a hacer clases en la universidad (postular a un fondo de becas, salir a estudiar, etc.). Me preocupé de mejorar mi trabajo, de que mi técnica mejorara y cada día intento ser consciente de eso. 
Llegué a un punto en el que puedo elegir los proyectos que favorecen a mi trabajo y potencian el perfil que he ido construyendo: ilustración botánica, ligada a las ciencias, conservación y difusión de la flora chilena, colaboraciones con otros artistas y científicos, exploraciones, educación, etc. El producto tangible de todo esto, son mis láminas. Mis ilustraciones en acuarela sobre papel son los testimonios de este recorrido.
Mi primera aparición en la prensa como ilustradora naturalista, el 2009. Este año cumplo 35.


Leo todo esto, y digo: ¡pero si todo ya está más que pensado, está andando! y así es. Pero pueden haber quiebres que me advierten que siempre tengo que estar muy atenta a lo que aparece en el camino, a las decisiones que tomo, y que no todas las oportunidades son lo más adecuado para lo que busco.
Esta vez aprendí, que mi lugar no está en el mercado del arte. Que mis obras, esos testimonios, son objeto de deseo de personas que realmente tienen ideas en común con lo que intento transmitir. Que definitivamente, no me interesa ser parte del mundo de la decoración. No está en mi concepto de este trabajo el sentarme a pintar una composición especial para el respaldo de una cama, o una planta que combine con los cojines de un living. Mis obras están ahí para quien quiera disfrutarlas y darles un lugar en su casa, pero no nacen con ese fin. No soy capaz de adaptar mi trabajo a los vaivenes de la moda ni a los caprichos del mentado mercado. Por que ni yo misma me he adaptado a eso como persona. Entonces, ¿por qué mi obra? 
Finalmente, lo más importante es aprender de cada decisión y entender que mientras no nos perdamos del norte, todo está bien. Ahora lo veo con más claridad: elegí un trabajo que conjuga el estudio, el arte y sus técnicas, el estar en contacto con la naturaleza y las plantas, pasearme entre disciplinas y conocer más a fondo las especies y paisajes chilenos. Las imágenes que aparecen, sin duda pueden tener múltiples destinos: un libro, alegrar un comedor, estamparse en una bolsa, en un vestido o una tarjeta. Pero no fueron creadas para eso: es la consecuencia de su naturaleza.

Cosas que he visto: Antiguas formas de registrar.

Hace un par de años visitando el Museo Británico, me encontré con una pequeña e interesante vitrina que contenía un par de catálogos imperiales chinos, donde un dibujante había pintado en acuarela todos los objetos de valor pertenecientes a la colección del Emperador. Los libros eran metros de papel de arroz enrollados sobre dos elegantes mangos. De esta manera se llevaba un inventario de todos los tesoros importantes.

Las representaciones son muy exactas. El conjunto de objetos pintados son realmente espectaculares.
Conocer estas antiguas formas de usar la acuarela y de registrar los objetos me inspira para iniciar nuevas búsquedas en mi trabajo.
Fotos: Geraldine MacKinnon.

La Conversación en video


CONVERSACION: GERALDINE MACKINNON from jotamaz on Vimeo.

Un nuevo proyecto MUY emocionante

Este mes empezaré una nueva aventura científica que me tiene muy entusiasmada: voy a estudiar e ilustrar las relaciones de dependencia mutua entre plantas y hongos. Para esto seré asesorada por Patricio Novoa, del Jardín Botánico Nacional. El resultado de este trabajo será expuesto en primer lugar en la Bienal de Artes Mediales en el Museo Nacional de Bellas Artes a partir del 3 de Octubre de este año.
Pronto más datos y noticias sobre este tema.

Curso de Ilustración Botánica del Royal Botanic Garden en la Católica

Estimadas amigas y amigos,

Tengo el agrado de contarles que ya se abrieron las inscripciones para el Curso de Ilustración Botánica del Royal Botanic Garden Edinburgh que impartiré en colaboración con el Instituto de Geografía de la UC. 
Este curso es para principiantes, iniciados e incluso para los más avanzados.
Inicio de clases: martes 28 de mayo.
Horario: de 10:00 a 16:50 hrs.
Dónde: Instituto de Geografía, Campus San Joaquín.
El Programa, valores y otras informaciones estarán disponibles a partir de mañana en el sitio web del instituto: www.geo.uc.cl   

Link directo: http://www.geo.uc.cl/html/ilustracion_botanica.html

Programa (PDF): http://www.geo.uc.cl/pdf/Folleto_CBI_2013.pdf

Consultas a: mlagos@uc.cl  y  lmunozv@uc.cl  / 02 23544716
Saludos a todos!!!!
Geraldine.

Preparando el 2013

Prueba para Alstroemeria garaventae


Comenzó un nuevo año y al fin es verano y puedo descansar y ordenar las ideas para retomar el trabajo en marzo. En enero tuve 12 alumnas asistiendo a clases aquí en el taller: la experiencia fue increíble, todas aprendieron mucho y descubrieron talentos que tenían ocultos. 

Fruto de Achira, Cristina Echeverría

Durazno, Alexandra Assler.

Pera, Paz Figueroa.

Es impresionante ver este tipo de resultados en una semana, con personas que jamás habían dibujado o pintado antes. Es la prueba de que todos podemos aprender.
Ahora estoy preparando los cursos que impartiré este año y planificando nuevas obras. Estoy contenta porque me he propuesto tomarme tiempo para desarrollar mis ideas y no distraerme en otras cosas. Hacer un mínimo de 4 trabajos bien estudiados este primer semestre es la meta.
También estoy organizando todo el material de clases para este período, así que habrá mucho más que ver y aprender en los próximos cursos.

Hinojo.

Desde ya quedan todos y todas cordialmente invitados a seguir la información de los nuevos talleres 2013 y de los avances en mi trabajo durante el año.

Saludos!!!



El dibujo me llama: algunas conclusiones

Euchryphia glutinosa, ilustración en acuarela, colección Royal Botanic Garden Edinburgh.
Han pasado casi dos semanas desde que volví de mi periplo por Escocia y todavía estoy procesando toda la información y vivencias del viaje. El aterrizaje ha sido lindo en lo familiar (nada como volver al hoar) y al mismo tiempo un «piquero» al mundo «real» de los trámites y la burocracia.
Es ahora cuando intento pensar qué ha significado la oportunidad de trabajar en un jardín botánico de esa envergadura, en el contexto puramente científico, en un país con una larga tradición jardinera, botánica y naturalista con el que además tengo un lazo sanguíneo que ha sido parte importante de la experiencia. Aunque todavía no lo tengo del todo claro, quiero compartir algunas de mis primeras conclusiones con ustedes. 
Lo primero que me pregunté al volver, es por qué nuestro país me da la impresión de retroceder en vez de avanzar en temas que tienen que ver con conservación y educación ambiental: estamos dejando todo en manos de privados, queremos que ellos sean quienes decidan sobre cuándo y cómo explotar los recursos naturales y además que se preocupen de invertir en proyectos de conservación. Si el Estado abandona al medioambiente a su suerte (en manos de compañías que sólo velan por el buen resultado de sus inversiones a corto plazo, sin importar las implicancias de éstas), abandona también a las personas que lo habitamos y contamos con él para nuestra vida -en el más puro sentido-: nuestro lugar, nuestro sustento, nuestro pasado, presente y futuro. 
Gran Bretaña y Escocia también tienen el mismo dilema: hay conflictos con el uso de los suelos, se están vendiendo cada vez más terrenos a industrias contaminantes (aunque existen estándares mucho más altos que las industrias deben respetar), las especies de animales salvajes cada vez son menos -los grandes mamíferos de las islas británicas ya no existen- y la flora nativa ha ido cambiando su configuración a medida que se han introducido y asalvajado miles de especies extranjeras -no olvidemos la fiebre por el coleccionismo de los ingleses-, por lo que los lugares que conservan la denominación de «nativos» o intocados son casi contados con los dedos, y tienen algún grado de intervención. Pero, y he aquí la diferencia: el Estado invierte una enorme cantidad de recursos en la creación y mantención de jardines botánicos y recreacionales, invierte en investigación y en programas de conservación y re inserción de especies casi extintas, en educación y en profesionales que garanticen la continuidad de estos esfuerzos en el tiempo. Y esto no es nuevo, tiene ya varios siglos, desde que surgieron los primeros jardines botánicos en el siglo XVII.
Si nosotros queremos alcanzar el rótulo de país desarrollado, no podemos enfocarnos solamente en la industria y la economía: debemos procurar también un nivel educacional y cultural que nos permita dialogar a la par con los países con más desarrollo histórico, y esto incluye desde la educación de mejor calidad y acceso en nuestras escuelas hasta la inversión en capital cultural y ambiental concreto, como son los jardines botánicos -que son centros de investigación, no de recreación-, los zoológicos y los museos. La única forma de que nuestros ciudadanos cuiden y aprecien su país, que valoren lo que tienen y dejen de botar las clásicas cáscaras de sandía y pañales en las playas, es que sepan lo que vale Este país, Su país. Y se asombrarían al saber lo admirada que ha sido por siglos nuestra flora y nuestra geografía tan particular a los ojos de los extranjeros.
Fuchsia magellanica, dibujo previo a lápiz. Royal Botanic Garden Edinburgh.
Es en el contexto de esta reflexión que me pregunto ¿por qué hago lo que hago? ¿Cuál es el sentido? ¿Qué/quién quiero ser? ¿Puedo como artista llegar a ser un agente de cambio real en esta maquinaria que parece no detenerse, que no quiere pensar? Obviamente estas preguntas se contestan con acciones y se necesita mucho tiempo para saber las respuestas.
En este viaje aprendí mucho del oficio de la ilustración botánica y de la importancia que tiene en el ámbito científico. Veo esta disciplina como una herramienta capaz de tocar sensibilidades, de educar, de dar a conocer, informar, embellecer, y sobre todo evocar esas sensaciones indescriptibles que la naturaleza provoca en las personas. Y vuelvo a caer en la vieja premisa de que una imagen vale más que mil palabras, y aunque suene cursi y cliché así es.
Pensando en esto, me reencuentro todos los días con el placer de querer seguir dibujando y pintando plantas, animales o lo que sea necesario y como me de la gana. Es esa necesidad de destacar cada especie y decir «yo lo vi, lo conocí, quiero que tú también lo veas y lo conozcas, así como yo lo veo». Muchas veces me cuestiono (¡siempre!) y pienso: «bueno, ya sé dibujar y pintar, puedo «copiar» las plantas y lo que sea. Pero, ¿qué hago con eso? Quiero copiar cosas simplemente o agregar ese algo más que agregan (agregamos) los artistas a lo que hacen? ¿Por qué vivo preocupada de eso? «.
Me incomoda esta preocupación, al mismo tiempo que me desafía. Siento que tengo (¡y quiero!) tanto que hacer en el ámbito de la ilustración científica -donde más encima me preocupa desarrollar y mostrar un estilo propio dentro de los cánones exigidos-, y a la vez pienso en que mi obra como artista debe traspasar las fronteras de la ilustración y cuestionar esos límites en pos de algo propio, nuevo, original, etc. Pero, ¿cómo lo hago? ¿qué hago? ¿quiero hacer eso? Ya lo sabré.
Trabajando en mi escritorio del Herbario del Royal Botanic Garden Edinburgh.

¿Alguna conclusión por el momento, después de tantas vueltas? Sí. Es momento de asimilar lo aprendido, aplicar lo nuevo, mejorar. Hacer, trabajar, pintar lo que quiera. Disfrutar lo que sé hacer, lo que me gusta. Invitar a más personas a aprender; enseñar un oficio que es en sí mismo una escuela: de dibujo, de meditación, de color, de pintura, de observación y de conocimiento profundo: el dibujo es quizás una de las mejores formas de conocer y valorar lo que hay a nuestro alrededor. Es esa conexión personal, espiritual y física con lo que vemos.
La principal tarea: poner en práctica las ideas. No detenerme. Espero que ese acto me ayude a transmitir lo que pienso de manera que las imágenes toquen las puertas correctas.

Vista del Palm House (invernadero de palmeras) del RBGE desde el jardín de plantas chilenas «Chilean Terrace». Se puede ver la Lobelia tupa en flor (flores rojas).

Diario de la expo de Marianne North

Open publication – Free publishingMore exploration

Un trabajo en progreso que tiene aún muchas posibilidades de desarrollo. No considero este diario como terminado, pero creo que ya va bastante avanzado.
Pronto más posts sobre la experiencia en Edimburgo y Kew Gardens!