La Era Multitasking o Haz Todo Lo Que Puedas

Siempre he mirado con admiración a esas artistas que hacen unas obras maravillosas, exponen en lugares increíbles, hacen todas las manualidades y más encima tienen familia y todo lo demás.

Me preguntaba cómo lo hacían y si era verdad, y si yo alguna vez podría llevar mi vida de esa manera.
Es loco porque sin querer queriendo, una cosa llevó a la otra y de repente me veo llena de actividades diferentes todos los días; dividida en un montón de tareas y facetas de mí misma que se complementan pero son mundos separados.
Calceolaria filicaulis en proceso

Probando cómo usar el famoso masking fluid
Intento ser ilustradora botánica lo más que puedo. Pinto todo lo que puedo. Me proyecto con mi nuevo grupo en Kaua’i y trabajando con plantas chilenas. Es mi trabajo principal, lo que más me define hoy. También está la profesora, que es la misma pintora pero en otra posición en el tablero. Clases en la casa, clases en la universidad, clases en Chiloé, clases y clases!!! Lo que digo, lo que pienso y lo que pinto tiene como finalidad enseñar y nada más. Y en tercer lugar, está mi querido Círculo de Ilustradores Naturalistas de Chile, Cinc: el sueño de años (por favor visiten el link, es un imperdible si aman la ilustración botánica y su auge en Chile).
Haciendo clases en Chiloé el 2015.

Compartiendo procesos de trabajo con mis compañeros del NTBG Florilegium Project, Kaua’i 2017.
Luego, después de años de estar sentada pintando con acuarela, apareció mi yo investigadora. Ella quería saber cómo se hace la acuarela. Y entre lecturas y horas interminables de investigación en todos los frentes, nació Piedras y Agua (que ya es una marca registrada!!!). Mi micro mini fábrica de acuarelas artesanales, de minerales chilenos y del mundo. Todavía no estoy vendiendo, pero lanzaré los productos en julio. Aquí el trabajo es físico y alquímico, como en el Renacimiento. Logro salirme del oficio tan minucioso e intelectual y me transformo en otro personaje, más bien otra cara de la moneda.
Mi paleta hecha 100% a mano, de la roca a la acuarela.
Y a lo que quiero llegar con este post, es que aun no soy esa artista que hace miles de obras maravillosas todo el tiempo y se viste maravillosamente y está en todas las paradas, pero estoy orgullosa de mis ganas eternas de investigar, conocer y hacer. Me gusta no quedarme tranquila con lo que sé, aunque me quite horas del día, me desconcentre y sienta que no hago nada al 100%, este sistema de oficios combinados funciona para mí. Y lo que más me gusta, es compartirlo.

Algunas reflexiones del día de la madre.

Con mi hija de un año en el National Tropical Botanic Garden de Miami, Octubre de 2015.
Desde que tuve a mi hija Tahira, lógicamente mi vida cambió. No de la forma dramática que muchas personas habían pronosticado, como lanzándome una especie de maldición cuando estaba embarazada. Me dijeron que no iba a dormir más y que iba a sufrir por un montón de cosas que ya no me acuerdo. Sí dormí y sigo durmiendo, y he sufrido bastante por algunas cosas pero no creo que más de lo que podría sufrir sin ella. Ser mamá para mí es una aventura, y lo que más me quita el sueño y me hace pensar es cómo darle una vida llena de experiencias que le muestren lo maravilloso que es el mundo, en un mundo cada vez más caótico.
Tahira de 7 semanas de paseo en la Feria Jardinera, 2014
Pero el tema que más da vueltas en mi cabeza todo el tiempo, es esto de ser mamá y artista. Lo digo porque la pasión que siempre he sentido por mi arte no ha desaparecido ni ha disminuido ni un ápice desde que nació Tahira. Ella, mi hija, es otro aspecto de mí. Es mi mayor preocupación, un motor que me inspira a seguir y a hacer las cosas mejor para darle una vida linda. Que mientras sea una niña, su vida fluya sin contratiempos y sea feliz. Pero para ser una mamá feliz, que proyecte eso en su hija, yo tengo que llevar mi misión de vida a cabo. Nunca he pensado en postergar mi arte ni mis sueños mientras ella es pequeña. Ella me ha visto trabajando siempre, y de a poco va participando y va entendiendo lo que hago. 
Me he ido de viaje a trabajar ya tres veces por algunos días, sin ella. Mucha gente se sorprende. Yo, pienso que ya es hora de que ella se pueda unir, porque está más grandecita. 
Tahira de dos meses, en mi mesa de trabajo.
Lo que quiero decir contando todo esto, es que mi hija es la persona que más quiero en el mundo, pero para quererla y darle una buena mamá, yo tengo que ser una mujer realizada y feliz, sin cambiar para transformarme en una persona que no soy. No es un equilibrio fácil, pues además de las dificultades normales de la vida y el matrimonio (otro ítem!), viene con las culpas del cristianismo y de las mamás fanáticas que están tan de moda. 
Que todas las mamás de hoy y de mañana, sean mujeres felices, apasionadas, que iluminen el camino de los hijos con una luz propia fuerte y brillante. Abrazos a todas las colegas artistas, naturalistas y mamás.
Quillay que pinté en mis últimos meses de embarazo.

Reflexiones en torno al fuego

No es otoño en Chile, es verano. Una época del año en que nos relajamos: los niños están de vacaciones, usamos poca ropa y vamos a la playa, visitamos los hermosos paisajes de nuestro país, paseamos, disfrutamos de la ciudad más vacía y apaciguada. Este año sin embargo, el verano nos ha golpeado fuerte. Estamos siendo testigos y protagonistas de incendios de proporciones enormes que fuera de control, están quemando bosque nativo, plantaciones y pueblos enteros.
Ya nos advertía hace un par de años atrás Martin Gardner, experto en coníferas del mundo, que los bosques nativos chilenos estaban fuertemente amenazados por el fuego al estar rodeados de plantaciones forestales altamente combustibles. Poco después de esa conversación, se quemó China Muerta, gran reserva de Araucaria araucana.

Este verano hemos tenido temperaturas récord en la zona central: 38ºC en ciudades donde no pasábamos de los 36ºC como gran máxima. No ha llovido casi nada en los últimos 8 años. Las ciudades se siguen extendiendo sin una planificación que involucre el nuevo estado de cosas. Los bosques nativos siguen siendo reemplazados por especies forestales sin un manejo adecuado dadas las nuevas condiciones. En fin, suma y sigue, todo se hace pensando en el corto plazo.

Por otra parte, vemos con horror que existen personas que están produciendo muchos de estos fuegos de manera intencional. No sabemos con certeza qué los motiva: si la locura o algún fin político-económico oscuro. Y a esto, se suma la histeria colectiva que levantan las redes sociales, donde hasta el Estado Islámico ha sido culpado. No puede ser.

En este contexto de humo que nos deja sin ver ni respirar, en la urgencia de ayudar a los compatriotas que han visto quemarse sus hogares y recuerdos, sus lugares, me pregunto qué podemos hacer como comunidad de Ilustradores Naturalistas.

Fuente: www.emol.com


En lo inmediato, ayudar como cualquier otro ciudadano, donando, enviando ayuda, prestando apoyo en los lugares afectados.
En el mediano y largo plazo, sigamos difundiendo nuestras especies. Informémonos a fondo sobre los temas que investigamos. No seamos meros retratistas de plantas y animales: comuniquémonos con los biólogos y científicos, trabajemos a la par con ellos. Estemos al servicio del conocimiento que puede ayudar a combatir la ignorancia: la situación de ignorancia en torno a la naturaleza en nuestro país es crítica. Quienes no conocen, no aprecian. Si no aprecian, no cuidan.
Preocupémonos de educar, de enfocar nuestros esfuerzos a objetivos tangibles y claros. Entreguemos la información en imágenes correctamente ejecutadas. Unamos placer estético y conocimiento.
Enseñemos a los niños que hasta la más «insignificante maleza» tiene un valor.

Estudio de Lardizabala biternata por Silvia Lazzarino, 2016.

Este es un llamado a seguir nuestro trabajo con altura de miras y sobre todo, responsabilidad. Ya no hay cabida para la ingenuidad. No podemos dejar de hacernos cargo de lo que sucede, es nuestro deber construir puentes. 
Si vas a tomar lápiz y pincel, o si vas a tomar tu cámara, piensa en esto y con otros, imagina las miles de cosas que podemos hacer para que en el futuro, nuestra joya de biodiversidad que es Chile, sea valorada como merece por nosotros, los chilenos.

Buscar respuestas…algunas podrían estar en los libros (¿?)

Herbario de Cloraea magellanica
Acuarela sobre papel, 2016
En estos tiempos tan confusos y caóticos, con tanta gente, tantos acontecimientos terribles y geniales ocurriendo al mismo tiempo, se me hace necesario buscar algunas respuestas que me ayuden a estructurar mis pensamientos y organizar la avalancha de información que recibo todos los días. Desde mi vida cotidiana, mis reflexiones profesionales, ver los lugares de mi casa que no he ordenado, decidir si mando o no a mi hija al jardín infantil (y a CUÁL!!!), ver los pulgones en el rosal, la basura que dieron vuelta los perros y así hasta llegar a que Donald Trump es candidato en USA, los coreanos están tirando misiles nucleares y más encima en mi comuna salió el candidato de la derecha que tiene malos antecedentes de corrupción.
Todos los días, todo el día estamos rodeados y ahogados en mares de información. Que van acompañados de la realidad física en la que habitamos y habitan todos (desde tú que estás leyendo hasta las tijeretas que entran a invadir mi taller). En este caos, con el cambio climático y los gobiernos inoperantes, la naturaleza ultrajada, la gente cansada e hiperventilada…no puede existir la noción de estabilidad ni tranquilidad con que muchos sueñan. Este es el mundo de la cuerda floja, donde cada uno debe inventarse el camino, el sustento, la filosofía de vida.
Pensando en todo esto y más, me encontré con dos libros de investigadoras y pensadoras que desentrañan este sentir, le ponen nombre y ejemplifican con situaciones el extraño pasaje en que nos encontramos. Y cuando digo «encontramos» pienso en todo lo que está vivo y en lo que forma parte de este planeta. Estoy leyendo los dos al mismo tiempo y aun no he terminado ninguno. Se pueden comprar en Amazon y leer en el Kindle o iPad (si no te molestan los libros digitales…los en papel no son baratos en este caso).
The Mushroom at the End of the World
On the possibility of life in capitalist ruins
Anna L. Tsing
En este libro, la investigadora Anna L. Tsing hace un increíble recorrido por la historia de los hongos Matsutake. Estos hongos, una delicatessen por siglos en Japón, se han adaptado increíblemente a los obstáculos de nuestros tiempos y con ellos países, personas, plantas y animales han encontrado una red donde sostenerse. Impresionantes hallazgos y reflexión.
Staying with the Trouble
Making Kin in the Chthulecene
Donna J. Haraway
Este otro libro, envuelve al anterior. Haraway desarrolla una compleja pero sensata teoría sobre cómo se entretejen seres vivos, procesos históricos, teconologías, Naturaleza, etc., para derribar el pensamiento antropocéntrico, cuestionar el denominado «Antropoceno» como concepto para la época que estamos viviendo y propone un nuevo multi punto de vista en que nos insta a hacernos parte activa de los problemas urgentes que afectan a toda la gran malla de seres, situaciones y relaciones que habitan este planeta. Es un llamado a la acción, y al menos para mí, un remezón en muchos sentidos. Ella además, promueve fuertemente la colaboración Arte – Ciencia para lograr efectos en los cambios que deseamos provocar. Estoy recién partiendo por lo tanto aun no tengo posibles críticas u otro tipo de observaciones. 
Para los artistas, es importante estar siempre preguntando, siempre investigando y descubriendo más allá de nuestros temas. En mi caso, encontrar un marco teórico, un enfoque o más bien un punto de vista que me haga sentido para mi trabajo y mi vida, es fundamental. Quise compartir estos hallazgos con ustedes y quizás más adelante, podamos conversar al respecto.

Entrevista

En la Revista Ya de Colección la semana pasada apareció un reportaje sobre el libro «Plantas de los Bosques de Chile».
Quisiera compartir con ustedes la entrevista completa que me hizo Paula López Wood para su investigación.

– Cómo llegaste a la ilustración botánica? De dónde proviene ese interés? Cómo te formaste?
La ilustración científica llegó a mi vida de casualidad, después de varios años de buscar mi vocación dentro del diverso mundo del arte. Viví en Isla de Pascua entre los años 2005 y 2008 y allá trabajé como fotógrafa arqueológica y profesora de arte en el Liceo Honga’a o Te Mana. La experiencia de salir del entorno urbano en que vivía y entrar en contacto con una naturaleza distinta, me reconectó con mi inclinación hacia las piedras y las plantas. Luego me tocó hacer una gran serie de ilustraciones de especies de la isla y el 2009 tomé la decisión de dedicarme exclusivamente a esto.
Aprendí sola al principio, practicando, equivocándome, atreviéndome a hacerlo sin saber casi nada. Me compré muchos libros por Internet y se me abrió el mundo. Me puse a hacer clases con lo que sabía, lo que fue también una gran fuente de aprendizaje. El 2010 tomé clases con Francisco Ramos, mi primer maestro, y de ahí en adelante seguí perfeccionándome hasta que en 2012 gracias a un Fondart de Becas y Pasantías me fui 4 meses al Royal Botanic Garden Edinburgh. Allí hice oficial mi nueva profesión, y aprendí de muchas maestras excelentes. Eso sí, nunca dejo de estudiar ni de poner en práctica nuevas formas de enfrentar mi trabajo. Soy muy crítica de lo que hago y trato de estar siempre consciente de los aspectos que debo mejorar.


Dos de las ilustraciones de especies de Isla de Pascua, 2009.

– Cómo llegaste a participar en el libro «Plantas de los Bosques de Chile?». 
Mi participación en el proyecto es más bien una consecuencia del mismo. El 2010 y 2011 estuvieron en Chile un grupo de ilustradoras del RBGE, haciendo talleres cerrados en el Instituto de Geografía UC e investigando para el libro. Fui alumna en ambos talleres y pude tener una idea real de cómo estaba mi trabajo con respecto al de ilustradoras profesionales. Gracias a ese inputdecidí que lo mejor era viajar a Escocia y estudiar por más tiempo. Fue ahí que conocí a Martin Gardner y a Jacqui Pestell, quienes me ayudaron a formular un proyecto de Residencia con el que postulé a Fondart. De ahí en adelante surgió una relación muy interesante, que me llevó a conocer y compartir mucho con Gülnur Eksi e Isik Gunner, las principales ilustradoras del libro y con Josefina Hepp, una de las autoras, con quienes me mantengo en contacto pues con el tiempo nos hemos hecho amigas.
Es gracias a “Plantas de los Bosques de Chile” que hoy existe el Curso de Ilustración Botánica RBGE en el Instituto de Geografía UC, primer curso formal en Chile, avalado por dos reconocidas instituciones (este año dimos con gran éxito la IV versión). Este proyecto ha causado un gran impacto pues al ayudar a formar a gente joven, ha logrado despertar un interés enorme en esta disciplina y en la ilustración científica en general.


Trabajando en el RBGE, 2012.
Martin Gardner menciona que tienes antepasados en Escocia que luego habrían emigrado a Pascua y finalmente Tierra del Fuego. Qué tremenda travesía! Puedes contarme un poco de esa historia familiar y cómo crees que se vincula con que hoy en día la flora nativa de Chile tenga tal relevancia en publicaciones como del Royal Botanic Garden de Edimburgo?
Así es. Mi bisabuelo John MacKinnon y su hermano Lachlan debieron dejar la isla de Harris donde vivían, debido a que miles de escoceses trabajadores fueron expulsados de las tierras pues los dueños decidieron dedicar más espacio a la industria de la lana. Las aldeas quedaron prácticamente vacías. Estos dos hermanos fueron empleados como capataces por la compañía Williamson Balfour, que tuvo estancias explotadoras de lana en Tierra del Fuego (de donde viene mi familia), Isla de Pascua y muchas otras islas del Pacífico. Ellos llegaron a Chile alrededor de 1913. Mi bisabuelo John quedó en la estancia de China Creek en Tierra del Fuego y su hermano partió al fundo Vaitea en Isla de Pascua. Allá tuvo tres hijos con Matarena Haoa y a partir de ellos tengo una gran familia rapanui.
Para mí la vinculación entre estas historias y la fascinación por nuestra flora tiene que ver con el espíritu explorador que movió a los británicos por varios siglos, entre el XVI y el XX. Las islas británicas tienen muy poca naturaleza salvaje, sus animales endémicos importantes como los lobos, ya no existen. Prácticamente todo el espacio está cultivado o intervenido por el hombre de alguna forma hace ya muchos años. Por otro lado, la flora chilena de la zona sur se adapta fantásticamente a las condiciones climáticas escocesas. Los jardines y caminos están plagados de Fuchsia magallánica, araucarias, guindo santo entre otros. El afán coleccionista y jardinero de los británicos los ha llevado a conocer muy bien nuestra flora y valorar nuestro alto endemismo, valiosísimo en términos de la investigación botánica. Los intercambios entre Chile y Escocia se han producido varias veces y en varios niveles, y esta relación poco conocida se hace patente en este hermoso libro.

Aparición en la prensa local escocesa, 2012.

Qué rol crees que juega el arte y la ilustración botánica en la divulgación, protección y conservación de nuestra flora y el hábitat natural que nos rodea?
Claramente juegan un rol fundamental. La imagen siempre ha sido fuente de información y de goce estético para el ser humano. Hoy, en esta sociedad de la información donde todo entra por los ojos en una primera instancia, la imagen es indispensable para comunicar y divulgar conocimientos complejos exitosamente. Son dos las vías en que la ilustración botánica (aunque en esto incluyo a todas las ciencias) se conecta con las personas: primero a través del que la hace y en segundo lugar hacia el espectador. Quien practica el dibujo botánico (da lo mismo el nivel o motivo) emprende un camino donde profundiza su relación con las plantas. Al observar detenidamente una especie, entenderla y representarla en el papel, se apropia de la información y aprende de una manera íntima, estética y por cierto imperecedera. El espectador por su parte, ve una imagen donde puede conocer una especie con detenimiento, disfrutando además del estilo propio del ilustrador. Lo lindo de la ilustración hecha a mano, es que más allá de la interpretación científica, nos trasmite el espíritu del artista. Podemos intuir sus pinceladas, intentar desentrañar su método de trabajo y maravillarnos con su técnica y decisiones estéticas. Es una experiencia que involucra varios aspectos de la percepción y une conocimiento con las sensaciones agradables que produce el arte bien hecho.
Si aplicamos esto a formas de dar a conocer nuestra flora, fauna y ecosistemas, estamos llegando en un nivel más profundo e íntimo a la comunidad. Además, ¡dibujar es contagioso!

Exhibición dentro de la Feria Jardinera con alumnos de Ilustración Botánica UC/RBGE, 2013.
Quiénes son tus referentes artísticos de pintores o ilustradores botánicos que hayan registrado el paisaje de Chile que te inspiran a hacer tu trabajo? 
Bueno, debo decir que tengo mucha admiración y respeto por los trabajos de Claudio Gay, Humboldt, Marianne North y otros representantes del Naturalismo Científico más clásico, pero actualmente he movido mi foco a artistas más contemporáneos y de otras latitudes. El trabajo de los exploradores que todos conocemos es maravilloso, son los padres de la escuela contemporánea, pero en mi caso personal estoy mirando ejemplos fuera de la historia de Occidente. Estoy revisando sobre todo arte japonés y de la India relacionado con naturaleza, y pintores contemporáneos provenientes de países asiáticos y de Europa del Este. Creo que en Oriente la aproximación a lo natural es mucho más sensorial y poética, y en este momento a mí me atrae más eso que lo estrictamente científico. La verdad mis referentes han ido cambiando a través de los años de trabajo.
Tienes alguna pintura o ilustración tuya que sea tu favorita, por el motivo que sea? 
Sí, una de mis favoritas es una Chloraea chrysantha que hice para la 13 Bienal de Artes Mediales en el Museo Nacional de Bellas Artes, dentro de una serie de ilustraciones de la misma planta que se llamó “La Conversación”. Fue una linda experiencia pues la hice trabajando en el laboratotio del Jardín Botánico Nacional de Viña junto con especialistas en orquídeas chilenas y aprendí muchísimo. Además la pintura quedó muy linda, lo no tan bueno es que me apuré mucho en venderla y no alcancé a digitalizar la imagen por lo que no tengo un registro de buena calidad y me arrepiento.

Me puedes contar cuál es el perfil de las personas que hacen tus cursos? Son artistas, son botánicos, son amantes de la naturaleza? Crees que el último tiempo ha ocurrido una revalorización y resurgimiento de este oficio, pero sobretodo, de salir a mirar con detalle y observación la naturaleza? Qué técnicas de dibujo usan? 
En estos 8 años haciendo clases he visto cómo ha crecido el interés por esta disciplina y cómo la acuarela se está tomando los talleres de muchísimos artistas jóvenes.
Sin ir más lejos, en mayo de este año, durante el lanzamiento de “Plantas de los Bosques de Chile” dimos una charla titulada “Ser ilustrador botánico hoy” con Gülnur Eksi, Isik Gunner y Andrea Ugarte. Llegaron más de 100 personas, la sala estaba repleta de gente y tuvimos una conversación muy interesante y hasta polémica en algunos momentos. Había gente de varios lugares de Chile, extranjeros y de todo tipo. Para mí ese día marcó un hito, pues nos mostró que los años de trabajo ya se están reflejando y existe una tendencia que de hecho trasciende nuestras fronteras. La ilustración científica está tomando mucha fuerza en América Latina y en todo el mundo. Es un orgullo ser parte de un movimiento en plena gestación.
En mi caso enseño a dibujar desde modelos vivos y trabajamos con lápiz grafito y luego con acuarela, que es mi técnica preferida y muy adecuada para representar plantas vivas.

Las personas que vienen a mis talleres y cursos son muy diversas y eso es muy enriquecedor para mí. En general llegan personas provenientes del diseño, la ilustración, la agronomía, diseño de paisajes, arquitectura, biología, ingeniería forestal, veterinaria, artes visuales, terapeutas florales, naturalistas, profesores, actrices, orfebres, etc,, y además desde los 18 hasta los 87 años, que ha sido la alumna de más edad que he tenido. Ahí puedes comprobar que es una práctica transversal y que tiene aplicaciones tanto profesionales como para la vida personal. Puede ser tu trabajo o tu hobbie y darte muchas satisfacciones y una conexión mucho más íntima e informada con la naturaleza y además, descubrirás que sí puedes dibujar, contradiciendo todo lo que tu profesor(a) de arte te dijo esos años en el colegio.

Alumnos trabajando en curso gratuito en el Museo Nacional de Bellas Artes, 2013.


Link al reportaje en Ya Colección.

Descansar para continuar y crecer

Este ha sido un año muy cargado de desafíos en todos los planos: laboral, familiar, personal, material, todo! En un abrir y cerrar de ojos estamos en agosto y casi sin darme cuenta, no había destinado ni un minuto a descansar, salir a dar una vuelta, ver el mar ni dormir hasta un poco más tarde. No había destinado tiempo para no hacer nada. Y qué importante es no hacer nada en un mundo que nos exige lo máximo, que nos hace estar siempre atentos. Sobre todo si hemos elegido el camino de ser independientes, la exigencia es doble pues viene de adentro y de afuera. Es complejo establecer una disciplina y ponerle límites al trabajo, que tiende a mezclarse con la vida familiar.

En esas reflexiones estaba, y me puse a buscar un taller fuera de mi casa. Estuve meses intentando entrar al Paseo de las Artes de La Reina, mi comuna, pensando que sería un lugar más que ideal para hacer mi trabajo y dar clases. Pero me encontré con el aparato municipal y después de mucho intentarlo, me di por vencida. También busqué lugares en arriendo, pero wow, están imposibles de pagar.

Así que finalmente, decidí mantener mi trabajo en casa como lo he hecho desde hace ya 8 años, sólo que me armé un nuevo taller, grande, espacioso, privado y estimulante para continuar con mi obra como ilustradora y además hacer cosas nuevas, explorar otras técnicas, otros temas y formas de crear.

Y por supuesto, no me olvido de las personas que quieren aprender a dibujar y pintar. Las clases de Ilustración Botánica son ya parte de mi vida, no pueden faltar. Es la forma de estar en contacto con otros, personas que vienen desde sus mundos a conocer el mío. Por eso, estamos a punto de inaugurar una agradable sala de clases, para unas 5 ó 6 personas. Es interesante pues con el pasar del tiempo estas clases se han ido transformando conmigo y con quienes van y vuelven.

La estancia en el Museo. Un espacio de reflexión en otras coordenadas, mirando un viejo parque en uno de los corazones de Santiago. Ahí está una gran fracción del conocimiento del país. Y no se entiende: por qué no está lleno de recursos y muestra lo mejor de sí mismo. Porque los intereses están en puntos equivocados. Y ahí, junto con las especiales personas que trabajan ahí y sus visitantes, está la comunidad. Es el puente entre conocimiento y las personas…bueno, uno de ellos.
Pronto empezaré una serie de trabajos para concluir la etapa 1 de este proceso.

Esto es parte de una larga investigación en curso. Un camino paralelo pues el mundo tiene muchas opciones. A ratos vivo muy concentrada en una sola cosa, pero en este momento surgen nuevas ideas. El mejor consejo: usar pocos colores, es la clave para conocerlos todos.

Fines del invierno.

Volver a las bases.

Para poder seguir aprendiendo cada cierto tiempo, hay que estudiarlo todo de nuevo.

Mini ruedas de color – 2015

Un momento clave.

La semana recién pasada se vivieron momentos interesantes e intensos en la Biblioteca Nacional de Santiago (BN), con motivo del lanzamiento del esperado libro de ilustraciones de plantas chilenas «Plantas de los Bosques de Chile», del Royal Botanic Garden Edinburgh (RBGE), ilustrado por cuatro artistas, dos de ellas las más destacadas: Gülnur Eksi e Isik Guner, ambas de Turquía.
Hace ya 6 años que conocí a estas artistas que, por esas cosas que pueden pasar en la vida, terminaron participando de un ambicioso proyecto que les tomó 8 años concretar y dicho sea de paso, cambió sus vidas.
No hablaré de lo que significó el RBGE en todo esto y en mi propia carrera, pues ya lo he contado en otros posteos (ver posts de los años 2012 y 2013). 
Quiero comentar lo que pude observar en estas arduas jornadas trabajando; algo que ya se viene gestando hace tiempo, pero se manifestó con fuerza los días 28 y 29 de abril en particular.
El horticultor y botánico Martin Gardner, ideólogo y gestor del libro durante el lanzamiento en la BN.
(Foto: Facebook Biblioteca Nacional)


Gülnur e Isik pasaron incontables horas dibujando y pintando plantas de nuestro país que crecen en jardines botánicos del Reino Unido y en menor proporción, en nuestro territorio. Cuando iniciaron este viaje, ambas eran aprendices de la ilustradora botánica de Kew Gardens Christabel King, quien viajó a Turquía entre los años 2002 y 2006 por una semana cada año, para enseñarle su oficio a jóvenes entusiastas locales. Mujer rigurosa y científica, les enseñó las bases de la representación de plantas vivas. Estando entre las alumnas más talentosas, ambas jóvenes partieron a Escocia el 2007 para tomar cursos, y ahí apareció la gran oportunidad. 
Fue un golpe de suerte y una alineación planetaria, sin duda. Martin Gardner tenía esta idea hace unos 20 años, y en sus visitas a Chile, extrañamente, no logró dar con ningún ilustrador botánico local. Este es un episodio algo nebuloso de la historia; algún día me atreveré a preguntar directamente qué ocurrió en esa búsqueda.
Pasaron los años, y recién el 28 de abril de 2016 vimos el libro en nuestro país. Unos pocos ejemplares lograron llegar gracias a una alianza con El Mercurio que, como demuestra la historia contemporánea chilena, no dio el ancho para tal tarea. De los pocos ejemplares, un porcentaje bajísimo pudo llegar a manos de compradores comunes y corrientes. Instituciones importantes, quedaron sin una copia para sus bibliotecas y por lo tanto, el libro permanece accesible a un pequeño número de personas.
*Nota sobre este punto: Josefina Hepp me aclara que se están haciendo gestiones para donar ejemplares del libro a otras bibliotecas de instituciones afines al tema.*
El lanzamiento fue emocionante y una audiencia compuesta por grandes personajes de la botánica chilena pudieron conocer a las artistas en persona y escuchar directamente sus experiencias realizando este hermoso trabajo. Las ilustraciones que realizaron estas dos mujeres, amigas y queridas colegas, son preciosas. 
Algunas de las ilustraciones del libro pueden verse en la BN, hasta el mes de junio. ¡No deben dejar de ir!
(Foto: Facebook Biblioteca Nacional)



Las felices artistas junto a la Embajadora de Turquía.
(Foto: Facebook Biblioteca Nacional)


En el contexto de este evento, hubieron otras actividades que quiero comentar. En primer lugar, la BN montó la exhibición «Chile: Naturalmente Bello», que recopila ilustraciones, libros y otros materiales que cuentan la historia de la ilustración de plantas en nuestro territorio.
En segundo lugar, se desarrollaron dos talleres de ilustración botánica totalmente gratuitos en la BN: uno básico dictado por Gülnur Eksi y la talentosa ilustradora botánica chilena Andrea Ugarte y otro avanzado, dictado por Isik Guner y yo. Las encargadas del Área de Extensión de la BN recibieron más de 300 postulaciones, que consistían en datos personales, taller al que quería postular el candidato y una carta de intenciones de una plana. Hacer la selección fue una tarea muy difícil, pues solamente habían 12 cupos por taller. Los criterios principales eran interés por la naturaleza y el naturalismo, poco acceso a esta disciplina, habilidades en dibujo, ocupación relacionada. 
Los alumnos participantes tuvieron una experiencia que esperamos les haya servido y sobre todo haya despertado aun más su interés en este campo.

En clases con Isik

Una anécdota que me entristece y que debo mencionar, es que muchas de las personas que no fueron seleccionadas, enviaron correos e hicieron llamadas telefónicas interpelando de manera muy agresiva a las encargadas del Área de Extensión de la BN. En vez de comprender que las probabilidades eran bajas ante un evento gratuito en una institución pública y aceptar los hechos, se lanzaron con toda su rabia contra las personas que con mucho esfuerzo organizaron la instancia. Es un punto negro para nuestra cultura actual, que da todo por hecho, por sentado y quiere todo «para mí porque sí. Sentí una gran decepción y pena, y por qué no decirlo, mucha molestia con esta clase de manifestaciones.
Material de clases en la BN.


Afiche de la charla que realizamos el día viernes. Sin ninguno de nuestros compañeros de
grupo ni apoyo técnico, logramos expresar nuestras ideas e intercambiar opiniones, hasta con 
momentos conflictivos.


El evento que más, en mi opinión dio que pensar, fue la charla que realizamos las cuatro artistas (Eksi, Ugarte, Guner, MacKinnon) el día viernes 29 durante la tarde. 
En una sala pensada para 70 asistentes, tuvimos más de 100, de todas las edades y procedencias. Para nuestra mala fortuna, falló el equipo de audio y el proyector apenas mostraba nuestros trabajos: se veían muy mal.
Pero a pesar de todas las fallas técnicas y la necesidad de traducir a nuestras compañeras turcas, logramos una conversación activa y muy rica con los asistentes. 
Ver la sala tan llena me trajo un fuerte sentimiento de ir por el camino correcto, de trabajar junto a las personas correctas.
Lo más importante de todo, es darme cuenta de que en este momento de crisis ambiental, política e ideológica, hay un nuevo movimiento que se abre camino de manera transversal, cautivando a viejos y jóvenes por igual. La ilustración de la naturaleza, la contemplación de lo que sucede en nuestro paisaje a través del dibujo científico, la reflexión desde el nuevo naturalismo abre una ventana en un momento donde cuesta encontrar la pertenencia a alguna idea. Este es un fenómeno en Chile y en toda Latinoamérica.
Es esto lo que me hace más feliz, corrobora mis sospechas y me llena de ganas de seguir.
Y como apéndice, quiero agregar: es hora de que los ilustradores botánicos chilenos tomemos las riendas de nuestras grandes publicaciones. Tenemos el talento. Sólo falta el entrenamiento y aprender cómo se hace en el circuito internacional.

Y llegó el 2016.

Hola a todos! 
Ya llegó el 2016 y por mucho tiempo he tenido mi blog algo abandonado, pero no lo he olvidado del todo. Las experiencias se acumularon y el tiempo escaseó, y ahora que llegó el ansiado verano, tengo más trabajo que nunca. Eso es excelente está claro, pero al mismo tiempo me impide vaciar lo vivido en estas arcas virtuales para compartirlo con ustedes. 
Desde octubre del año pasado que estoy en deuda, pues aquí no conté nada de lo que pasó en el congreso de la American Society of Botanical Artists en Miami, y luego en el mes de noviembre, me quedé muy callada luego del alucinante curso que junto a las brillantes chicas del IEB pudimos llevar a cabo en la Estación Biológica Fundación Senda Darwin, en Chiloé. 
Fueron unos meses muy intensos que desembocaron en mi actividad actual, que consiste en ilustrar una gran cantidad de verduras, frutas y otros ingredientes culinarios que durante este año iluminarán un precioso -eso espero!!!- libro de cocina chilena (no vegetariana, ojo…me gustan las plantas pero como carne, gluten, azúcar, leche y todo lo demás en su justa medida).
Ah!!! y la planta de la foto aparecerá en un documental sobre las correrías del histórico Lord Cochrane en Chile y el mundo…esta es una flor –Placea amoena, centro-norte – que el lord se llevó a Inglaterra desde nuestro país y que por mucho tiempo estuvo registrada «a su nombre». La experiencia que viví en la grabación del documental y recorriendo algunos lugares típicos del lord en Chile también es una gran deuda..así que me comprometo a que durante mis descansos del dibujo este verano iré relatando y mostrando qué fue lo que pasó en esos aventurosos días.
Bueno, he roto el silencio. Tengo muchas ideas sobre ilustración científica, vida, arte y todo lo demás que quisiera compartir, pero lo haré con cierta organización.
Un cariñoso saludos a todos y todas 😉 quienes se dan el tiempo de pasar a leer.
Feliz 2016!

La Araucaria araucana: una reina en peligro.

«Piel de una reina vieja» Corteza de Araucaria araucana, acuarela sobre papel, 2011.



Rama de Araucaria araucana – 2013




«Piel de una reina vieja» Recién terminado. 2011


Araucarias en Nahuelbuta – 2011.


Rama y cono femenino inmaduro – 2013